La Embajada de México en Austria informó que, como resultado de las gestiones del Gobierno de México, se retiró una pieza arqueológica mexicana del catálogo de una subasta programada para el próximo 11 de marzo por la Galería Zacke.
La pieza, definida y protegida de conformidad con la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, se trata de un yugo elaborado en roca, realizado en la costa del Golfo durante el periodo Clásico mesoamericano (400-900 d. C.), representativo del Clásico Central veracruzano.
📄Se detiene subasta de pieza arqueológica mexicana en Austria.https://t.co/JMhNaHyMWi pic.twitter.com/axMmHJamyV
— Relaciones Exteriores (@SRE_mx) March 10, 2022
Al ser notificada sobre la subasta, la Embajada de México entró en contacto con la casa subastadora para transmitirle la postura del Gobierno de México frente a la comercialización de material arqueológico mexicano en el extranjero.
La casa de ventas accedió a retirar la pieza de la subasta programada para el próximo viernes. Además, se dijo dispuesta a realizar las gestiones para contactar a los poseedores de la pieza con la intención de facilitar la entrega voluntaria de la pieza.
A través de un comunicado, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) reiteró su compromiso con la protección del patrimonio arqueológico:
“Agradecemos la responsabilidad de la casa de ventas, al tiempo que confirmamos nuestro interés en que las piezas que actualmente se encuentran en manos de coleccionistas privados sean restituidas a nuestro país para su estudio, conservación y difusión entre la sociedad mexicana”, expresó la SRE. “Consideramos que la comercialización de piezas arqueológicas bajo la rúbrica de ‘arte’ representa una inaceptable reducción del enorme legado cultural del cual son testimonio”.
La Cancillería sostiene que evitar la subasta de esta pieza arqueológica es muestra del alcance de las acciones coordinadas de la Cancillería, la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), para denunciar la venta de patrimonio cultural mexicano y sensibilizar al público general en el extranjero sobre su impacto negativo.
“Mi patrimonio no se vende”, concluye.