Este viernes los espacios de opinión de la prensa nacional destacan la idea de Olga Sánchez Cordero de “dialogar” con grupos paramilitares; suspenden parcialmente la pensión de Teresa Martínez Galván, suegra de Jaime Rodríguez Calderón.
“Templo Mayor”, en Reforma:
“Vaya, vaya, a ver si no termina revirtiéndosele a Olga Sánchez Cordero su idea de “dialogar” con grupos paramilitares. Y es que en Guerrero, por ejemplo, ya salió el arzobispo de Chilpancingo a decir que en ese diálogo también se debe incluir a las bandas del crimen organizado. Y lo grave es que monseñor Salvador Rangel no habla por hablar, pues, según reveló, él mismo se reunió en las últimas semanas con jefes de cuatro cárteles que operan en la zona, incluido el temido líder de “Los Rojos”, Santiago Mazari “El Carrete”, poco antes de su detención en julio. Esa es una de las dudas claves del proceso que se supone quieren llevar a cabo en Gobernación”.
“Bajo Reserva”, en El Universal:
“El exdirigente del PRI Humberto Moreira reapareció esta semana en las redes sociales para lamentar la muerte de Celso Piña, a quien conoció muy bien y era uno de sus mejores amigos. Nos describen que don Humberto destacó de otros gobernadores por sus bailes al estilo “chúntaro”, que protagonizó en distintas ocasiones durante su administración como gobernador de Coahuila (2005-2011), sobre todo con sus pasitos en la “Cumbia sobre el Río”. Moreira, nos hacen ver, no posteaba nada desde mayo y casi cinco meses después subió una esquela por la muerte del acordeonista. “Lamento profundamente la muerte de mi amigo Celso Piña. Envío un abrazo fraternal a su familia, Dios les dé fortaleza”, publicó en su Facebook. Y, por no dejar, subió un video con varias imágenes junto al Rebelde del Acordeón”.
“Estrictamente personal” de Raymundo Riva Palacio en “El Financiero”:
“Negociar con criminales, no, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador. Eso se hizo en el pasado y no funcionó, porque la seguridad es responsabilidad del gobierno y de nadie más, subrayó. Cierto. Por esa razón nacieron los Estados modernos, para proveer la seguridad a sus gobernados, que fue algo en lo que claudicó el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, que desde el inicio pactó con criminales, que camuflajeados en la desesperación de los michoacanos que ante la violencia se organizaron en grupos de autodefensa, fueron utilizados para el exterminio de Los Caballeros Templarios. Esa obtusa estrategia, violando las leyes internacionales, puso a Michoacán al borde de la guerra civil en un año”.
“Frentes Políticos” en Excélsior:
“Sin definir el monto, el gobierno de Nuevo León suspendió parcialmente la pensión de Teresa Martínez Galván, suegra del gobernador de la entidad, Jaime Rodríguez Calderón. La justicia comienza a cobrarle factura al mandatario. Fue la Unidad Anticorrupción de la Contraloría la que ordenó al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado que procediera con la suspensión. Organizaciones no gubernamentales, que pidieron acabar con el nepotismo del mandatario, detallaron que, aunque solicitaron el monto que recibirá Teresa Martínez, no les fue proporcionado. Exigieron que se investigue a quienes autorizaron el aumento al sueldo de la exfuncionaria: nomás 144 por ciento. Por fortuna, nunca prosperó la idea de El Bronco de cortarle las manos a los delincuentes… Que si no”.
“Trascendió” en Milenio:
“las apuestas corren en el Senado para ver si desde el gobierno federal le tiran una tabla de salvación a Martí Batres y le ofrecen una salida ante un problema evidente: después de que la acusó de “recibir cañonazos”, casi toda la bancada de Morena se ha alineado en su contra, por lo que si no lo invitan al gabinete, será señal no solo de que está solo en esa cámara, sino aun en las altas esferas de la 4T. Él dice que no se va del Legislativo. A ver”.