Tras el silencio, el ruido. El pleno de la Asamblea de Madrid ha comenzado este jueves con un sentido homenaje en memoria de Santos González, trabajador de Metro fallecido tras ser diagnosticado de asbestosis, y de Flora, asesinada en enero en un crimen machista en Puente de Vallecas. Luego, lo de casi siempre: hipérboles, exageraciones y acusaciones cruzadas entre el Gobierno y la oposición a cuenta de la evolución de la tercera ola de la pandemia en la región. Y en medio, un reto: Isabel Díaz Ayuso ha respaldado a su vicepresidente, Ignacio Aguado, al confirmar que no está dispuesta a adoptar más restricciones para frenar a un virus que ya ha causado más de 20.000 muertes en la región. “Si el Gobierno de España lo ve tan mal, que actúe”, ha dicho la presidenta regional.
Entre marzo y junio de 2020, Díaz Ayuso se dijo maniatada por el estado de alarma, acusó a Pedro Sánchez de intervencionismo, y argumentó que la mala marcha de la enfermedad en la región que gobierna se debía a la estrategia del Gobierno central. En septiembre, cuando La Moncloa impuso a la Real Casa de Correos nuevas limitaciones, la presidenta lo condenó como un ataque a la autonomía de Madrid. Y ahora, con la tercera ola disparada en la región, cambio de guion: Díaz Ayuso reta a Sánchez a intervenir, compartiendo el desgaste de una gestión que ya le ha obligado a cerrar la hostelería a las 21.00, rompiendo con un año de discursos defendiendo que la receta madrileña es la única que apuesta por la libertad y preserva al mismo tiempo la economía y la salud.
“La confrontación es una estrategia que tienen ustedes muy bien montada”, ha dicho la presidenta de Madrid durante la sesión de control de la Asamblea. “Todo urdido desde La Moncloa hacia abajo. ¿Quién hace oposición a quién en esta historia?”, ha seguido. “Dejen en paz ya a los comercios, a la hostelería, dejen ya de señalar como culpable a la iniciativa privada. No vamos a poder hacer más cierres. No se puede arruinar a la gente. Y si el Gobierno de España considera que está tan mal, si lo ve tan mal, que actúe”, ha retado. Y se ha preguntado: “¿A qué está esperando si está tan mal la cosa? Habrá que comparar septiembre con ahora [la Comunidad fue intervenida entonces con una incidencia acumulada de 500 casos por 100.000 habitantes, cuando ahora roza los 1.000] ¿Qué está pasando aquí? ¿No estarán de campaña ustedes [por las elecciones de Cataluña]?”.
En Madrid hay ahora mismo 4.255 personas ingresadas en hospitales por la covid. Ya han muerto más de 20.000 por causas relacionadas con la enfermedad. Y más de medio millón de ciudadanos se han contagiado desde que se detectó la pandemia, a finales de febrero de 2020.
En ese contexto, el Gobierno de Madrid no ha agotado las opciones que tiene para combatir la expansión de la enfermedad. No ha cerrado los comercios. No ha confinado municipios enteros, sino zonas básicas de salud (una delimitación que pocos ciudadanos conocen). Y no hace ni una semana desde que ha prohibido las reuniones de más de cuatro personas, o que se citen no convivientes en los hogares.
Sin embargo, la decisión de cerrar a las 21.00 los comercios y la hostelería ha dejado heridas abiertas en el Ejecutivo regional. Por eso Díaz Ayuso se reunirá la semana que viene con los sectores de la hostelería, restauración y comercio “para juntos liderar la recuperación de esas dos horas perdidas”. Y por eso la presidenta de la Comunidad ha retado este jueves a Sánchez a decidir nuevas restricciones, y le ha acusado de esperar a que pasen las elecciones de Cataluña para hacerlo: su planteamiento es que el desgaste consecuente sea al menos compartido.
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