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Diez cafeterías universitarias que aprueban el examen


Los años de Universidad, los mejores años de la vida. Aquellos en los que todavía idealizas la disciplina que estudias -el trabajo ya se encargará de romperte el corazón-; en los que afianzas amistades para toda la vida -que probablemente repercutan en multitud de invitaciones de boda-; y en los que disfrutas con las costumbres más sencillas, porque todas son una conquista de libertad. Las mayores preocupaciones pasan por conseguir los apuntes de una asignatura molesta, descubrir el rincón más silencioso de la biblioteca o sobrevivir a un domingo de resaca -aunque todavía no sabes lo que es una auténtica resaca- sin la comida de tu madre.

Quienes recordamos la Universidad desde la distancia sentimos cierta nostalgia por un pasado en el que la pizza envasada era una cena aceptable. Los privilegiados vivían con compañeros que cocinaban pasta a la carbonara, o quizá tenían un kebab de confianza debajo de casa. En materia de bares, el precio del bocadillo y la cantidad de las raciones determinaban las lealtades. En todas las comunidades universitarias, hay cafeterías que se han ganado el aprecio de alumnado y profesorado, ya sea por su espacio emblemático o por su buena cocina.

A continuación, salimos en búsqueda de las más recomendables: aquellas que aprueban el examen de quienes enseñan, quienes aprenden y hasta de quienes pasaban por allí. Desde caballerizas y pistas deportivas, hasta comedores con vistas; las hay famosas por sus pinchos de tortilla o por sus guisos caseros; todas a precios imbatibles y emblemas de una vida dichosa que, por un tiempo efímero, llegamos a confundir con la vida real.

Faustino – Universidad de Navarra

Con la Universidad de Navarra todavía en obras, Faustino Usoz ofrecía comida casera a los obreros, y durante los 25 años siguientes, haría lo propio con los estudiantes. La cafetería ha permanecido durante seis décadas en manos de la familia antes de ser traspasada a una nueva empresa. “Faustino no es una cafetería al uso como la identifica el diccionario. El Faustino es un tiempo y un lugar”, afirma Julia Pavón Benito, decana de la Facultad de Filosofía y Letras, y profesora de Historia Medieval. “Para quienes hemos departido, soñado y saboreado en este escenario de cuadro barroco y, a la vez, de puntero ambiente académico, forma parte de nuestro ser universitario”, asegura.

Se muestra de acuerdo Javier Andreu, vicedecano y profesor de Historia Antigua, quien destaca el contacto que propicia entre estudiantes y profesionales, “de una forma distendida, a modo de café-tertulia o de almuerzo de trabajo”. En esta transmisión de sabiduría, influye la singular decoración, entre bohemia y acogedora, con paneles de madera. “En una atmósfera como la de Faustino, con un buen café y uno de los mejores pinchos de tortilla de la ciudad, las ideas fluyen, siempre, muy inspiradas”, asegura.

Edificio Central (Campus Universidad de Navarra). Mapa.

Cafetería (pequeña) de Filosofía y Letras – Universidad Autónoma de Madrid

Tras 21 años en la Universidad Autónoma de Madrid, y con un nombre tan singular como el suyo, el profesor Fabrice Leardini se ha convertido en un comensal reconocido entre los restauradores del campus. “He visitado casi todas las cantinas y he tenido mis favoritas dependiendo de las épocas”, asegura este doctor del Departamento de Física de Materiales. En Cantonblanco se ofrecen las raciones de Ciencias, el arroz caldoso del Rectorado o las tortillas de Derecho, pero puestos a escoger, el lugar predilecto para Leardini es la cafetería pequeña de Filosofía y Letras. “Me da miedo revelar el secreto, por si de repente se llena, pero merece mucho la pena. Es un negocio familiar, con tres hermanos al frente, que está evolucionando claramente a mejor. Tienen un menú muy variado y constantemente innovan en los platos, con buenas materias primas y una presentación impecable”, asegura: “En pocas palabras, cocina fusión por 7’15”.

Calle Francisco Tomás y Valiente, 1. Mapa

La Tarongeria – Universitat Politècnica de València

Viajamos hasta la ciudad de la luz, la vida mediterránea y las buenas naranjas. Tiene sentido que la Universitat Politècnica de València cuente con un establecimiento como La Tarongeria. “Es una cafetería alternativa a las típicas cantinas y sus archiconocidos menús de dos platos, bebida y postre en bandeja”, afirma Víctor Pittaluga, estudiante de Grado en Ingeniería de Telecomunicaciones y delegado de Alumnos y Alumnas en este centro. Se encuentra en el Ágora, el corazón del campus de Vera, y dispone de una terraza a la sombra, para remolonear sin prisa.

La oferta restauradora incluye piezas de fruta, zumos naturales, tartas caseras y tostadas al gusto. “En mi opinión, los mejores desayunos de la Universidad, y para comer, hay gran variedad de ensaladas, eligiendo ingredientes y aliños”, prosigue. Opciones vegetarianas y veganas, comida para llevar y un detalle a tener en cuenta: “Si traes tu propio táper, pagas menos por la ensalada”.

Plaza del Ágora, Universidad Politècnica. Mapa.

Cafetería de Física y Química – Universitat de Barcelona

Actualmente, Fran Rico es consultor de Turismo Sostenible, pero estudió Empresariales en la Universidad Pompeu Fabra y ADE en la Universitat de Barcelona. Hace diez años que abandonó las aulas, pero se conoce muy bien los mentideros académicos. Por eso sabe que la Facultat de Economia tiene las mejores vistas sobre la Avenida Diagonal, aunque conviene comer en la cantina de la Facultat de Física y Química. “Básicamente por el bufé libre”, señala. Lo que a unos le horroriza, a otros les encanta; así es la vida. “Puedes elegir un primero, que es una ensalada al gusto, y un segundo, desde bistec a pastas, y recuerdo que en mis tiempos podías repetir todo lo que quisieras”, explica.

¿Cuatro porciones de pizzas? Adelante con la gesta y feliz digestión en clase. Coincide con esta recomendación Laura Almar, investigadora del CSIC, quien precisamente se doctoró en dicha Facultad. “Por entonces, se consideraba la opción premium y cara del campus, aunque ahora que lo pienso, el menú costaba 10 euros”, rememora. Su apunte da buena cuenta de la distorsión cognitiva que padece el comensal universitario. “Quizá debería volver, aunque tengo miedo de que me parezca mala y barata”, bromea.

Avinguda Diagonal, 645. Mapa

Cafetería de Trabajo Social – Universidad de Murcia

Si queremos presumir de skyline en Instagram, deberemos viajar a Murcia; no es broma. Desde la cantina de la Facultad de Trabajo del campus de Espinardo, las vistas son imponentes, con la pinada a un lado y el complejo deportivo al otro. Nos lo cuenta Borja Inclán, responsable de postres del restaurante Saiti, quien estudió Periodismo en la Universidad de Murcia. Su descripción del escenario convence al más escéptico: “Sol y sombra, interior y exterior. Una suerte de complejo al que todo estudiante debe peregrinar aunque sea una vez. Punto de reunión por excelencia alrededor de los litros de Estrella de Levante más fríos que se puedan tomar. No hay que esperar grandes innovaciones gastronómicas, no las hay, pero las empanadillas rellenas de ensaladilla rusa o los bocadillos de calamares ya justifican el viaje”. Hay otras cantinas populares, como Veterinaria, Medicina o Comunicación, pero Trabajo Social es el alma máter.

Campus Universitario Espinardo. Mapa.

El Central – Universidad Complutense de Madrid

El Estadio Nacional de la Universidad Complutense de Madrid, también conocido como ‘el Central’, alberga el campo de rugby más emblemático de España. “Es la cuna de este deporte en nuestro país y podríamos compararlo, salvando las distancias, pero sin ruborizarnos, con templos como el Twickehan de Londres”, afirma Adolfo Arias, jefe de Competiciones en el centro. Lo cierto es que las instalaciones deportivas de la Zona Sur son un oasis, con amplias pistas de atletismo y redes para jugar al voleibol.

La cafetería Central, que regenta Víctor Valdehita desde hace 43 años, y que recientemente se ha remodelado al completo, goza de unas vistas privilegiadas. “Tiene una magnífica terraza en primera línea de campo. Imagina lo que es finalizar una jornada laboral tomando cervezas con los compañeros y viendo un entrenamiento de rugby, o comerse una hamburguesa entre amigos con el partido de fondo”, propone. No suena mal, no.

Avenida Juan de Herrera, 1. Mapa.

Las Caballerizas – Universidad de Salamanca

Se han escrito odas sobre la belleza de la Universidad de Salamanca, dispendio de la arquitectura castellana, entre cuyas sedes se cuenta el Palacio de Anaya del siglo XVIII. Como en todo complejo histórico, en los bajos del edificio de la Hospedería, que es también el hogar de la Facultad de Filología, hay un secreto por revelar. Se trata de Las Caballerizas, espacio que correspondía a tal fin cuando los nobles se alojaban en ella, normalmente al la espera de un destino en Ultramar. “Con lo cual ya tenemos que es un lugar único, como ninguno en el mundo, por su propia condición historia”, afirma el catedrático Román Álvarez, quien fuera decano de Filología durante varios años.

Aunque Antonio Arias es el gerente de la cafetería, donde empezó a trabajar hace más de 40 años, corresponde al decano supervisar los precios y que no se venda alcohol por encima de 16º. Cuenta Álvarez que el ambiente es muy diverso, “desde estudiantes de todas las edades, a turistas avispados en busca de buenos pinchos, o personal que ejerce su derecho al café funcionarial”. El bocado predilecto es el pincho de tortilla. “Hay una gran variedad y algunas tienen historias curiosas. Por ejemplo, la tortilla Letizia es la que pidió la actual Reina cuando estuvo de visita, siendo aún periodista”, revela.

Calle Tostado, 3. Mapa.

Cafetería de Comunicación – Universidad de Sevilla

La Universidad de Sevilla consta de seis campus, cada cual con su correspondiente comedor, donde se ofrecen esos menús clásicos de primer y segundo plato, con pan y postre incluido. Sergio Luque conoce más que bien La Cartuja, ya que ha sido profesor y estudiante en la Facultad de Comunicación, y su reseña sobre la cantina es precisa. “Oferta variada y completa, a buen precio (unos cinco euros) y con personal agradable. Hay que llegar con tiempo, porque los estudiantes de otras facultades ocupan el comedor”, avisa.

También dispone de una zona de cafetería, con bocadillos y tapas. “El ingrediente estrella es la patata, así que no es precisamente hipocalórica, pero si olvidamos la dieta, merecen la pena las meriendas: napolitanas de chocolate recién horneadas”, es su tentadora propuesta. Mención aparte merece la Facultad de Bellas Artes que, en 2007, se sometió a una remodelación integral y ahora está decorada con murales singulares.

Calle Américo Vespucio, 27. Mapa.

Cafetería de Educación Física y Deportes – Universitat de València

Por amor a la cocina, Mar Soler dedica sus días al restaurante 2 Estaciones, del que es propietaria junto a Alberto Alonso. El perfil gastronómico no le impide sentir nostalgia por su pasado académico, cuando fue estudiante de ADE en la Universitat de València y comía en el campus como cualquier hijo de vecino. “Si teníamos tiempo, íbamos al café de Deportes, pasando la biblioteca de Económicas, que está en la zona más tranquila de todas”, recuerda.

Pone en valor el trato familiar y el precio imbatible. “Menú del día a cinco euros, lo que para unas estudiantes era casi un milagro. Evidentemente, hablamos de comida muy sencilla, pero casera”, destaca. Atendiendo a los testimonios actuales, sigue siendo un lugar concurrido, a razón de las menestras, los revueltos, las pastas y los arroces. “Me gustaba preguntar por el bocata del día. Te parecerá una tontería, pero aún me preparo bocadillos con patatas fritas y bacon con cariño y melancolía”, revela.

Calle Albalat de Tarongers, s/n. Mapa.

Cafetería de Economía y Empresa – Universidad de Oviedo

Los pinchos asturianos son, como todo lo que ellos hacen, algo mucho mayor. En el resto de la Península se llamarían bocadillos pequeños, y no porque sus rellenos dejen nada que desear. Decir que la cafetería de la Facultad de Economía y Empresa tiene fama por estos emparedados no es ninguna menudencia. “Se encuentra en el Campus del Cristo, donde muchos van a jugar a las cartas, y de paso aprovechan para apurar unos cuantos”, cuenta Carmen Ordiz, comunicadora gastronómica de la zona. Luego están los pinchos de Geología, donde se recomienda el relleno de lomo y queso. “Esos me los conozco bien, porque aunque no estudié en la Universidad de Oviedo, mi colegio estaba al lado y nos colábamos para comprarlos”, confiesa.

Avenida del Cristo, s/n. Mapa.

Las cafeterías universitarias como última frontera de la gastronomía resiliente, ¿por qué no? Al final, todos deseamos volver a los lugares en los que fuimos felices, y sobre todo jóvenes.




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