El kiwi es una fruta deliciosa y realmente saludable: contiene vitamina C, magnesio y muchos otros nutrientes importantes para el bienestar de nuestro organismo. Existen dos variedades principales, que se diferencian en algunas características importantes, veamos cuáles. Descubre a continuación, cuáles son las diferencias entre el kiwi verde y el kiwi amarillo.
Diferencias entre kiwi verde y amarillo
Los kiwis que mayoritariamente encontramos en el mercado son del tipo amarillo y del tipo verde pero no sólo se diferencian en el color. Basta con fijarse un poco para darnos cuenta de que el verde tiene la piel ligeramente peluda, mientras que la piel del amarillo es lisa. Y una vez los abrimos descubrimos evidentemente el color de cada uno aunque en ambos casos hablamos de tonalidades brillantes e intensas.
El sabor es el segundo factor que marca diferencia entre ambos: el kiwi amarillo es más dulce, menos ácido que su «primo», de hecho, se usa mucho más para preparaciones dulces como helados y pasteles y también se sirve solo como postre. El kiwi verde , en cambio, es más adecuado para batidos, jugos y platos salados y bueno, es el que debes comer si te gustan los kiwis que son ligeramente más ácidos.
La época en la que están disponibles las dos variedades de kiwi también cambia: mientras que el kiwi verde se encuentra prácticamente todo el año , pero con un pico en los meses más fríos, el amarillo es típicamente de verano. Las dimensiones también son diferentes: el amarillo puede pesar hasta 100 g, mientras que el kiwi verde es mucho más pequeño.
En cuanto a nutrientes y vitaminas, algunas de las variedades de kiwi amarillo que hay en el mercado son más ricas en vitamina C: mientras que el kiwi verde suele tener alrededor de un 50 % de vitamina C en comparación con una naranja, el kiwi también alcanza un 160 % más. El amarillo es más rico en potasio , que sin embargo tiene menos fibra, mientras que el verde contiene más vitamina B9 (o ácido fólico).
Por último, para elegir cuál de los dos consumir es recomendable confiar en tu gusto personal, porque ambos son saludables y ricos en elementos importantes para nuestro cuerpo. Muy recomendable, tanto verde como amarillo, para comerlos al final de una comida después de consumir proteínas (el bistec clásico, por ejemplo): ayudan a digerir y fijar el hierro contenido en los alimentos de modo que será cuestión de elegir el que más te guste y comerlo para beneficiarte de todas sus propiedades.
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