El presidente de Kosovo, Hashim Thaçi, líder guerrillero durante la guerra de independencia de la antigua región autónoma de la extinta Yugoslavia, ha dimitido este jueves tras confirmarse las acusaciones de crímenes de guerra en un tribunal internacional por su etapa como comandante de los rebeldes que lucharon contra las fuerzas serbias a finales de la década de los 90. “No permitiré comparecer ante el tribunal como presidente, y dimito hoy para proteger la integridad del Estado”, ha dicho Thaçi, en una rueda de prensa en la capital, Pristina, recogida por el digital kosovar Koha.
Durante su comparecencia, el dirigente ha defendido su inocencia por sus acciones durante un conflicto que, según él, la mayoría de los habitantes de Kosovo, de origen albanés, consideraron “justo” para lograr la independencia del país, proclamada de forma unilateral en 2008. Las acusaciones contra él pueden debilitar el esfuerzo internacional del territorio para que se reconozca su soberanía, aceptada por más de 100 países, aunque rechazada por Rusia, China y la India, además de España y otros cuatro países de la Unión Europea.
Thaçi, miembro del Partido Democrático de Kosovo, abandona así el cargo que ocupaba desde 2016 y ha aprovechado para anunciar que viajará a La Haya, sede del Tribunal Especial para Kosovo (TEK), para entregarse de forma voluntaria y defender su caso ante esa corte. Thaçi, que lo ha sido todo en la política kosovar (ministro de Exteriores y primer ministro en dos ocasiones) ha sido acusado de torturas, crímenes y desapariciones forzadas entre 1998 y 2000 y de asesinar a 100 personas durante su época como comandante del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK). Además de Thaçi, también se confirmó la inculpación de Kadri Veseli, exjefe de los servicios de inteligencia de la guerrilla kosovar y un hombre cercano al presidente. El TEK hizo públicas las acusaciones contra ambos en junio pasado.
El Tribunal Especial para Kosovo, creado en 2015, tiene como misión juzgar a los mayores responsables de los crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos por el ELK durante ese período contra serbios, gitanos y opositores albaneses. La corte se rige por la ley kosovar, pero está formada por jueces internacionales y sus sesiones se desarrollan en La Haya, dada la tensión que generaría ese proceso en Kosovo.
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