La presidenta de Perú, Dina Boluarte, ha nombrado este sábado un gabinete formado por profesionales de mediano perfil que deberán sortear un horizonte difícil. Las protestas en gran número de regiones y en la capital se han ido multiplicando en los últimos días después del autogolpe fracasado de Pedro Castillo. Los manifestantes piden elecciones generales anticipadas, un clamor que suma al 87% de los ciudadanos, según una encuesta del Instituto de Estudios Peruanos de fines de noviembre, cuando el entonces presidente se acercaba a su tercer intento de moción de censura.
Varios de los miembros del nuevo Gobierno son funcionarios de carrera en la gestión pública, a diferencia de la mayoría de ministros que nombró el maestro rural en los últimos 16 meses. Otros son parte de las cuotas que representan a la oposición parlamentaria, con la que la presidenta ha tenido que negociar su intento de mantenerse en el poder.
Boluarte, la primera mujer presidenta del país, ha tomado juramento a 17 ministros de los cuales ocho son mujeres -es decir, es casi paritario, en contraste con los gabinetes de Castillo- y está pendiente el nombramiento en las carteras de Trabajo y de Transportes y Comunicaciones. Entre las designaciones destaca la nueva ministra de Ambiente, Albina Ruiz, una ingeniera que la década pasada lideró el proceso de aprobación de una ley pionera en la región para regular las actividades de los recicladores.
El nuevo primer ministro, Pedro Angulo, no tiene una hoja de vida muy destacada. En la década pasada fue miembro del Consejo Ejecutivo del Poder Judicial en representación del Colegio de Abogados de Lima, y respaldó en esa instancia decisiones del hoy destituido juez supremo César Hinostroza. El magistrado Hinostroza es el principal investigado por liderar una red de corrupción en el sistema de justicia denunciada por la prensa desde 2018, llamada Cuellos Blancos del Puerto.
En un mensaje emitido por televisión casi una hora después de la ceremonia de juramentación, Boluarte ha dicho que trabajó “arduamente para conformar un gabinete por la unidad”. También se comprometió a que su Gobierno trabaje por la justicia económica y la justicia social. Dijo que entre sus objetivos esenciales está “la consolidación de la democracia, el estado de Derecho, el equilibrio de poderes y la gobernabilidad en el país”.
La presidenta ha hecho una llamada a la calma en medio de las protestas. Aunque su intención es gobernar hasta 2026, cuando concluiría el mandato actual, este viernes dijo que no descartaba un adelanto electoral. “Cuando se juró el cargo hace dos días, se hizo hasta el 2026; sin embargo, si la sociedad y si la situación lo amerita, adelantamos las elecciones en conversación con las fuerzas políticas y democráticas del Congreso”, dijo.
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La mandataria ha asumido el cargo de un país harto de la corrupción que ha rodeado a siete presidentes desde el año 2000 -excepto Valentín Paniagua y Francisco Sagasti-. A las seis investigaciones fiscales por corrupción que enfrenta el destituido Castillo, se suman ahora las de rebelión y conspiración a causa del autogolpe del miércoles. Es por ello que el juramento que usó Boluarte con cada ministro contenía una frase que no formaba parte del protocolo hasta hoy. “¿Juráis por Dios y estos santos evangelios desempeñar leal y fielmente sin cometer actos de corrupción el cargo de ministro de Estado que os confío?”.
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