Dinamarca consagra un giro al centro después de un mes y medio de negociaciones desde las elecciones del pasado 1 de noviembre. La líder socialdemócrata y primera ministra en funciones, Mette Frederiksen, ha presentado este miércoles una gran coalición de Gobierno, encabezada por ella, junto a la principal fuerza de la oposición, el Partido Liberal, y los Moderados, una formación creada en junio pasado. El gabinete es el primero formado por socialdemócratas y liberales en más de 40 años y rompe con la tradicional política de bloques izquierda-derecha que había caracterizado al país nórdico en las últimas décadas.
La formación de un Ejecutivo con partidos de ambos bloques, que los medios daneses califican como histórica, se traduce también en un acuerdo de gobierno con reformas de calado, como ha anticipado Frederiksen en la presentación de la coalición. Dinamarca, con un generoso Estado de bienestar, prevé reducir las cargas fiscales ligadas al trabajo para incentivar la creación de empleo. La coalición ha acordado también aumentar la inversión en defensa, un incremento del gasto que espera compensar mediante la supresión de un día festivo.
“Tenemos el objetivo claro de tomar las decisiones necesarias para garantizar el futuro de Dinamarca”, afirmó la primera ministra en funciones en la presentación de la coalición de Gobierno. La socialdemócrata ha buscado nuevos socios en el centroderecha en lugar de sus aliados tradicionales de la izquierda, pese a que el bloque progresista logró una ajustadísima mayoría absoluta en los comicios.
El Ejecutivo, que será presentado este jueves, ha acordado acelerar el gasto en defensa para llegar al objetivo del 2% del PIB marcado por la OTAN en 2030, tres años antes de lo que se fijó hace solo unos meses. Para financiarlo se eliminará un día festivo para dejarlos en 10 en 2024. Se trata del llamado Gran Día del Rezo, que se celebra el cuarto viernes después de Pascua. “Tomamos esta decisión con la cabeza alta y sin esconder nada”, manifestó Frederiksen. Además del contexto bélico en Europa con la invasión rusa en Ucrania, Dinamarca ha vivido de cerca incidentes desestabilizadores, como los sabotajes de los gasoductos que transportan gas ruso a Alemania a través de sus aguas.
El país, de 5,9 millones de habitantes, se enfrenta a la subida de los precios de la energía con una inflación récord en cuatro décadas. Para fomentar el empleo, el Gobierno planea una rebaja fiscal de 5.000 millones de coronas danesas (unos 670 millones de euros). Frederiksen espera así mejorar la productividad e incorporar a 45.000 personas al mercado laboral. Según AFP, la reforma impositiva acordada prevé una subida del impuesto sobre las rentas de la clase media, una rebaja para las altas y un recargo importante para las rentas anuales de más de 2,5 millones de coronas danesas (335.000 euros) . El país destinará además unos 400 millones de euros para subidas de sueldo en el sector público.
El acuerdo de Gobierno también plantea fijar objetivos climáticos más ambiciosos para llegar a la neutralidad de carbono en 2045 en lugar de 2050 y reducir en mayor medida las emisiones de gases de efecto invernadero. Para lograr esas metas baraja una tasa sobre las emisiones del sector agrícola y un impuesto a los viajes aéreos similares a los introducidos por Suecia y Alemania.
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En materia de inmigración, los nuevos socios de Frederiksen apoyan su línea dura y el proyecto de abrir centros de acogida para demandantes de asilo fuera de Europa, posiblemente en Ruanda. El pacto incluye también impulsar una reforma del sector sanitario y recortes en las ayudas a estudiantes de enseñanzas superiores.
Gran coalición
Frederiksen ya había anticipado durante su campaña que en tiempos de incertidumbre internacional era necesaria una gran coalición que uniera a la izquierda y a la derecha. Los socialdemócratas y sus rivales históricos, los liberales, no habían gobernado juntos desde un experimento que duró 14 meses entre 1978 y 1979.
Junto a Frederiksen, este miércoles han comparecido Jacob Elleman-Jensen, del Partido Liberal, y Lars Lokke Rasmussen, del Partido Moderado. Rasmussen, ex primer ministro y exmilitante liberal, creó su formación en junio y logró colocarse en tercera posición en las elecciones de noviembre. Durante la campaña electoral, el líder liberal, Elleman-Jensen, había rechazado cualquier posibilidad de gobernar con la socialdemócrata. “¿Debería dejar que mi orgullo me impida hacer lo que es bueno para Dinamarca?”, se ha justificado este miércoles ante la prensa.
Los tres partidos suman 89 escaños en un Parlamento de 179, que también incluye cuatro escaños para legisladores de Groenlandia y las Islas Feroe. El nuevo Gobierno tendrá mayoría en la práctica, ya que dos de los diputados del Atlántico Norte son de formaciones socialdemócratas cercanas a la de Frederiksen.
Frederiksen, de 45 años, iniciará su segundo mandato como primera ministra cuando sea nombrada oficialmente por la reina Margarita II. El Partido Socialdemócrata, de centroizquierda, obtuvo más de un cuarto de los votos en las elecciones generales, y sigue siendo la mayor fuerza en el Parlamento.
Los antiguos aliados de Frederiksen la han criticado por ignorar la existencia de una mayoría de izquierda y por el giro “derechista” del nuevo Ejecutivo.
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