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Djokovic: “Emocionalmente, todo esto ha sido demasiado difícil de manejar”


Desde que triunfara hace tres años en Wimbledon, donde logró su decimotercer grande, Novak Djokovic había emprendido una caza al esprint que se consolidó hace poco más de dos meses en Londres, escenario de su vigésimo major. Entre un extremo y otro, Rafael Nadal logró cuatro, mientras que Roger Federer celebró su última corona en el Open de Australia de 2018. Tenía Nole a tiro el sorpasso, pues, pero acabó sucumbiendo a su propio listón, a esa exigencia permanente de querer ganarlo todo. Oprimido por su deseo y la dimensión del logro que pretendía alcanzar, abandonó su pose de tipo fiero y se le escaparon las lágrimas en la recta final del partido.

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“Han sido muchas emociones. Esta derrota es dura, teniendo en cuenta todo lo que había en juego, pero a la vez sentí algo que no había sentido nunca aquí, en Nueva York. Los aficionados me han sorprendido gratamente con todo ese amor y esa energía que me han transmitido, y esa es la razón por la que lloré”, expuso el rey del circuito ante los periodistas, reconociendo que la extenuante persecución que ha llevado a cabo a lo largo de esta temporada ha terminado pasándole factura. Triunfó en Australia, París y Londres, pero luego se llevó un severo revés en Tokio y ahora en Flushing Meadows, donde ha perdido seis de las nueve finales que ha disputado.

“Alivio y gratitud”, resumió cuando se le planteó cuáles eran sus sentimientos después de que Daniil Medvedev (25) volatilizase su doble sueño de completar el Grand Slam –ganar los cuatro grandes en una misma temporada– y dejar atrás a Nadal y Federer en la pugna histórica. “Estaba contento de que terminase porque la preparación para este torneo, desde el punto de vista mental y emocional, ha sido demasiado. Demasiado de manejar”, expresó, no sin subrayar el extraordinario nivel ofrecido por su rival, del que destacó su “determinación” y su “claridad” para ejecutar el plan que tenía en la cabeza.

“Creo que eres el mejor de la historia”, le dedicó en la ceremonia final el ruso, tercer campeón masculino de su país en un escenario mayor, tras los éxitos obtenidos en su día por Yevgeny Kafelnikov (Roland Garros del 96 y Open de Australia del 99) y Marat Safin (US Open de 2000 y Australia 2005). “El tenis es un deporte brutal, son pequeños detalles”, abrevió sobre su superioridad. “Él no jugó a su mejor nivel, yo tampoco lo hice en Australia…”, prosiguió el ganador, que había llegado al choque por el título más fresco, habiendo estado siete horas menos sobre la pista en las rondas previas y que se coronó habiendo cedido un solo set.

“Me sentí lento y estoy decepcionado con mi actuación. Es una derrota dura, muy dura”, se reprochó Nole, de 34 años. “Quién sabe qué hubiera pasado si logro el break en el segundo set… Pero él estuvo increíble, todo el crédito para Daniil. Lo hizo todo bien y mereció absolutamente ganar, no hay duda. Solo puedo felicitarle”, zanjó el balcánico, quien pese al topetazo aseguró que no se detendrá: “Todavía amo el tenis y quiero seguir ganando Grand Slams y jugando para mi país. Esto es lo que me motiva en este punto”.

Mientras tanto, Medvedev y la británica Emma Raducanu, de 18 años, se convirtieron en la primera pareja de vencedores primerizos en el grande neoyorquino desde que accedieran al trofeo el estadounidense Pete Sampras y la argentina Gabriela Sabatini en 1990.

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