Kim Potter, la policía de Minnesota que mató a tiros a Daunte Wright, un afroamericano desarmado de 20 años, ha sido condenada este viernes a dos años de cárcel. El pasado abril, Potter desenfundó su arma de fuego en lugar de la pistola paralizante durante un control policial y disparó al joven. En su defensa, dijo que fue un error. El jurado la declaró culpable de homicidio por la muerte de Wright. Los familiares de la víctima habían solicitado a la juez del tribunal del condado de Hennepin (Minnesota) que impusiera a Potter la máxima pena por los cargos, 15 años de cárcel.
“Este caso es muy inusual”, ha dicho la jueza Regina M. Chu antes de dar a conocer la sentencia. Es “uno de los casos más tristes que he tenido en mis 20 años en el tribunal”, destacó. “Por un lado, un joven fue asesinado y, por el otro, una respetada policía con 26 años de experiencia cometió un trágico error al sacar su pistola en lugar de su Táser”. La pena máxima por homicidio involuntario en primer grado (según la legislación estadounidense), por el uso imprudente de un arma de fuego, es de 15 años de prisión. Sin embargo, dado que Potter, de 49 años, no tiene antecedentes penales, la Fiscalía pedía entre 6 y 8,5 años de prisión.
Katie Wright, madre de Daunte Wright, dijo después de que se conociera la sentencia de dos años de cárcel: Potter “asesinó a mi hijo”, y “hoy el sistema de justicia lo asesinó nuevamente”. En su testimonio ante el tribunal, dijo entre lágrimas: “Una agente de la policía, que juró servir y proteger, lo hizo durante 26 años, pero no ese día. Ese día, ella no protegió a nadie. Le falló a Daunte, a nuestra familia y a nuestra comunidad”. “Ni siquiera intentó salvarlo”, continuó. La expolicía respondió: “Katie, entiendo el amor de una madre y lamento haberte roto el corazón. Mi corazón está roto por todos ustedes. Antes, cuando dijiste que no te miré durante el juicio, creí que no tenía derecho a hacerlo. Ni siquiera tenía derecho a estar en la misma habitación contigo. Lamento mucho haberte lastimado tanto”.
El 11 de abril de 2021, Potter detuvo el coche de Wright por haber cometido supuestamente una infracción menor de tráfico. En el control, la policía y dos de sus compañeros descubrieron que el joven tenía una orden judicial pendiente por portar un arma sin permiso e intentaron arrestarlo. En respuesta a la resistencia que puso Wright, la agente le apuntó con una pistola y gritó tres veces “táser”, en referencia a la pistola paralizante, que emite descargas eléctricas. Sin embargo, Potter disparó con su arma de fuego, provocando la muerte del afroamericano. Días después, y en medio de protestas raciales, la agente renunció a su puesto en el departamento de policía de Brooklyn Center.
La jueza Chu ha argumentado que la sentencia de apenas dos años es justa porque Potter estaba “cumpliendo con su deber y haciendo su trabajo al intentar arrestar legalmente a Daunte Wright”. Los abogados de la familia Wright no cuestionaron que la expolicía desenfundara por error su arma, pensando que era la pistola paralizante. Durante las dos semanas del juicio, que ocurrió el pasado diciembre, la Fiscalía se centró en que una profesional con 26 años de experiencia debería haber reconocido que tenía una pistola de metal más pesada en su mano, o si la situación requería siquiera que desenvainara algún arma.
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