El sindicato mantiene sus demandas: aumento de 20 por ciento, que los funcionarios rebajen sus salarios y 400 nuevas plazas.
Este lunes 1 de abril se cumplirán dos meses de huelga en la Universidad Autónoma de Metropolitana (UAM), en la cual no se vislumbra solución; el conflicto laboral no sólo ha dejado pérdidas económicas por la interrupción de proyectos importantes, también pone en riesgo el trimestre.
La autoridad universitaria insiste en que no puede ir más allá de lo ofrecido, 6.45 por ciento total de incremento salarial en bonos y prestaciones, así como la creación de 247 plazas para nuevos trabajadores; en tanto, el sindicato mantiene sus demandas: aumento de 20 por ciento, que los funcionarios rebajen sus salarios y 400 nuevas plazas.
El rector de la UAM, Gerardo Peñalosa Castro, aseguró que reducirá su salario, que es de casi 140 mil pesos, “estoy en ese proceso desde el 20 de diciembre pasado”, y que se analiza hacer lo mismo con algunos otros funcionarios.
En tanto, el secretario general de esa casa de estudios, José Antonio de los Reyes, dio un ultimátum para que los trabajadores concluyeran la huelga, el cual rechazó de inmediato el secretario general del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM), Jorge Dorantes, quien consideró que la huelga no puede resolverse con amenazas ni posturas unilaterales.
“No se levantará la huelga, mantenemos nuestra propuesta de 20 por ciento”, asevera una y otra vez el líder sindical, aun cuando alumnos y profesores se han manifestado por terminar con la protesta, que es la más larga por la que ha atravesado la Casa Abierta al Tiempo
Las 15 reuniones llevadas a cabo en la Unidad de Funcionarios Conciliadores de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) han sido insuficientes para alcanzar acuerdos. La última se celebró el jueves pasado y se acordó abrir un receso para analizar las propuestas de la contraparte, sin establecer fecha para reiniciar el diálogo.
La huelga ha dejado sin clases a más de 60 mil alumnos y se han tenido que suspender unos tres mil proyectos de investigación.
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