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Dos nuevos escándalos de los conservadores británicos salpican a Sunak

EL PAÍS

La juventud, el origen indio y la imagen de responsabilidad de Rishi Sunak, después de la debacle de sus predecesores en Downing Street, Boris Johnson y Liz Truss, produjeron la impresión de un nuevo comienzo. Pero el Partido Conservador llevaba ya más de una década en el poder y Sunak ha formado parte del Gobierno británico en los últimos años. Los esqueletos acumulados en el armario comienzan a salpicar al primer ministro. En las últimas horas, se han puesto en marcha dos investigaciones oficiales sobre los problemas con Hacienda del exministro de Economía y actual presidente del Partido Conservador, Nadhim Zahawi, y sobre la implicación del nuevo presidente de la BBC, Richard Sharp, en ayudar a Johnson, precisamente quien lo nombró para el puesto, a obtener un crédito personal de más de 900.000 euros que le permitiera salir de apuros.

“La integridad y la rendición de cuentas son aspectos a los que doy gran importancia, y este asunto arroja algunas preguntas en ese sentido que deben ser respondidas”, ha dicho Sunak este lunes, durante una visita a un hospital en Northamptonshire, antes de anunciar que había ordenado una investigación sobre los arreglos con Hacienda de Zahawi. “He pedido a nuestro asesor independiente [el cargo se define oficialmente como Asesor Independiente sobre los Intereses de los Ministros] que llegue al fondo del asunto, que investigue completamente el caso y que deje establecidos todos los hechos, para poder explicarme si Zahawi cumplió con lo establecido en el Código Ministerial”, ha anunciado Sunak.

El Código Ministerial es el conjunto de reglas éticas y de incompatibilidades o conflictos de interés que los miembros del Gobierno británico están obligados a cumplir o evitar, respectivamente. El texto tiene la aprobación y respaldo del primer ministro —el código actual fue publicado bajo el mandato de Johnson—, y la costumbre parlamentaria impone que cualquier infracción de su contenido debería conllevar la dimisión, aunque los conservadores han interpretado la regla de un modo más bien laxo durante los últimos años.

La figura del asesor independiente se estableció en 2006, durante el mandato del laborista Tony Blair. Tiene capacidad para investigar, y para proponer una investigación, pero debe contar previamente con la autorización del primer ministro. Durante los poco más de tres años del Gobierno de Johnson dimitieron dos asesores tras ser ignorados. Alex Allan se fue después de que Downing Street guardara en un cajón sus conclusiones de que la entonces ministra del Interior, Priti Patel, había acosado laboralmente a miembros de su departamento. Christopher Geid renunció al comprobar que Johnson, al que exculpó en un principio, lo había engañado sobre el dinero que tanto él como su esposa dedicaron a decorar su apartamento oficial.

Los manejos fiscales de Zahawi

El nuevo asesor independiente, Laurie Magnus, deberá investigar los acuerdos a los que Zahawi, de 55 años y ministro de Economía con Johnson, llegó con Hacienda después de vender la compañía demoscópica que cofundó en 2000, y que hoy es una de las más relevantes en el Reino Unido: YouGov. Parte de las acciones estaban a nombre del padre de Zahawi, y eran propiedad de una compañía registrada en Gibraltar bajo el nombre de Balshore Investments. “Después de un proceso de negociación con la HMRC [His Majesty Revenues and Customs, la Hacienda británica], aceptaron que mi padre tenía derecho a la propiedad de acciones de fundador de YouGov, pero discreparon sobre el modo en que habían sido asignadas. La conclusión final es que se trató de una negligencia, y no de algo deliberado”, explicó en un comunicado previo Zahawi. Cuando poco después el diario The Guardian señaló que, de los casi cinco millones de libras (unos 5,6 millones de euros) que el actual presidente del Partido Conservador había pagado a Hacienda, un 30% había sido en concepto de sanción, Zahawi no quiso confirmar ni desmentir este detalle.

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La oposición laborista ha exigido el cese inmediato del político, que ha anunciado su intención de no hablar más sobre el asunto hasta que concluya la investigación, y que no tiene intención de dimitir. Sunak ha expresado, por el momento, su confianza en Zahawi para que siga al frente de la formación política, cargo con rango ministerial (de ahí la investigación del asesor independiente).

Sospechas en la BBC

Sunak debe también responder de otro supuesto escándalo con el que no tuvo nada que ver de modo directo, pero que pone en cuestión la política de nombramientos llevada a cabo por los conservadores durante los últimos años. Richard Sharp, exbanquero de inversión de 66 años y nuevo presidente de la BBC —la bestia negra de muchos conservadores, que acusan a la corporación pública de un sesgo izquierdista y anti-Brexit—, ha pedido al consejo directivo de la entidad que investigue si se produjo algún conflicto de interés durante su contratación pública al frente de esta institución. The Sunday Times reveló el domingo que Sharp había sido clave en lograr un avalista para que Johnson consiguiera a finales de 2020 un crédito de más de 900.000 euros. El entonces primer ministro andaba agobiado por las responsabilidades financieras derivadas de su divorcio de Marina Wheeler, con quien estuvo casado 25 años, así como por el dinero que se había visto obligado a reembolsar por la decoración del apartamento de Downing Street.

Sharp, amigo de Johnson y del propio Sunak, puso en contacto al entonces secretario del Gabinete del primer ministro, Simon Case [el puesto que equivale al de jefe máximo del cuerpo de altos funcionarios], con Sam Blyth, un empresario canadiense al que ha descrito como un viejo amigo. Finalmente, fue Blyth quien avaló el préstamo. “Case y yo acordamos que yo me mantuviera alejado del asunto para evitar cualquier conflicto de interés”, ha explicado Sharp a la propia BBC.

Tanto Sunak como el propio Johnson han salido en defensa de su amigo y de la transparencia y corrección del proceso de selección. “Sharp no tiene ni idea de mis finanzas personales, y todo esto es un montón de tonterías”, ha dicho el ex primer ministro Johnson.

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