Dragon Ball Super finalmente ha llegado al final de su historia más larga hasta el momento, el arco del “Prisionero de la Patrulla Galáctica”. El clímax de la historia vio a Goku finalmente alcanzar el estado supremo de Perfected Ultra Instinct, para derrotar al nuevo villano Moro, después de que el antiguo hechicero malvado arrasara innumerables planetas y seres en toda la galaxia. Sin embargo, el choque final con Moro en la Tierra le costó caro a Goku: su nuevo amigo y mentor, el ángel Merus, se sacrificó para proteger la Tierra de Moro. Ahora, incluso cuando Moro ha sido derrotado, la pérdida de Merus ha creado una situación importante con el Gran Sacerdote que aún debe abordarse.
Advertencia: Dragon Ball Super Manga SPOILERS ¡Sigue!
Goku siendo Goku, usó Ultra Instinct para vencer a Moro, solo para ofrecerle misericordia al villano. Moro, siendo un villano, usó ese momento de debilidad en Goku para fusionarse con la Tierra y convertirse en una amenaza literal del tamaño de un planeta para el universo. En Dragon Ball Super manga capítulo 66, los Z-Fighters tienen un reloj en marcha colgando sobre sus cabezas, mientras Earth-Moro se hincha con la energía divina inestable de Ultra Instinct. Si Goku no destruye a Moro (y la tierra con él), el villano explotará y destruirá el universo. Para empeorar las cosas, las habilidades de drenaje de energía de Moro también funcionan a nivel planetario, y Goku se ve rápidamente agotado de su energía Ultra Instinct.
Gracias a la gracia salvadora de Vegeta, así como a una donación de energía divina de Uub (sí, Dragon Ball Z ¡terminando con Uub!), Goku es capaz de reavivar Ultra Instinct y acabar con Moro, usando algunas técnicas nuevas y extrañas a nivel de dios. La tierra está salvada, Goku ha alcanzado el poder divino, todo está bien que acaba bien, ¿verdad?
No tanto.
Un giro clave de la batalla final con Moro fue cuando Lord Beerus casi interviene en la lucha contra el villano. Beerus no quería que la Tierra fuera destruida (por sus propias razones glotonas), pero antes de que pudiera actuar, su mano fue detenida por un poder mayor: el Gran Sacerdote. Whis recibe una alerta de que su “padre” ha convocado a Beerus al reino angelical, para responder por lo que le sucedió a Merus. Beerus se sorprende de que el Gran Preista ya sepa que Merus se ha ido y se apresura a responder a la llamada.
Ahora hay un hilo pendiente en el epílogo del arco del Prisionero de la Patrulla Galáctica: el encuentro de Beerus con el Gran Sacerdote. No es solo el hecho de que Merus se haya ido: la batalla de Goku con Moro ha cruzado un umbral: los mortales ahora tienen acceso completo al poder divino y ya están amenazando al universo (y a los seres divinos) en el proceso. Esa llamada no puede quedar sin respuesta Dragon Ball Super podría dirigirse a la Guerra Divina que los fanáticos han visto venir desde el principio.
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