BEIRUT — Una parte de los enormes almacenes de granos en el puerto de Beirut dañados por una explosión hace dos años colapsó el jueves mientras cientos de personas marchaban para conmemorar el segundo aniversario de la explosión en el puerto que dejó gran cantidad de muertos.
Cuatro torres en el sector norte del puerto, que llevaban días inclinadas, se derrumbaron el jueves, despidiendo una enorme nube de polvo.
En ese lugar, el 4 de agosto del 2020 se produjo un estallido que mató a casi 220 personas, dejó heridas a más de 6,000 y causó daños por miles de millones de dólares.
EL DERRUMBE OCURRIÓ EN EL PUERTO DE BEIRUT
El derrumbe el jueves de aproximadamente la cuarta parte de la estructura sucedió una hora antes de que cientos de personas iban a concentrarse en el lugar en el segundo aniversario de la explosión.
Días atrás, las autoridades evacuaron varias partes del puerto tras el derrumbe el domingo de una parte de los almacenes.
Los almacenes de 157 pies de altura, construidos hace 50 años, resistieron la fuerza de la explosión que destruyó una buena parte del puerto.
Los familiares de las víctimas y muchos libaneses más han exigido que se dejen intactas las ruinas de los almacenes para que las futuras generaciones conozcan el resultado de una explosión provocada por la corrupción generalizada y la malversación de fondos públicos en la pequeña nación sobre el Mediterráneo.
Se han multiplicado los reclamos de una investigación internacional. La indagatoria local está paralizada desde diciembre porque los funcionarios acusados han cuestionado al juez que la dirige.
Cientos de personas, entre ellas los familiares de las víctimas, marcharon desde tres lugares en Beirut hacia la arteria principal fuera del puerto para recordar la explosión que se produjo a las 6:07 de la tarde.
A punto de cumplirse dos años de la descomunal explosión de Beirut, muchos residentes reviven el trauma desde hace semanas debido a un persistente incendio en las ruinas de los silos del puerto de la ciudad, el omnipresente símbolo de la tragedia, ahora en peligro de derrumbe total entre intentos de las familias de las víctimas por preservarlos.
Algunas portaban féretros blancos con los nombres de víctimas y otras portaban horcas para reclamar el castigo de los responsables.
“Dos años después, el dolor persiste”, dijo el hermano de una de las víctimas.
Ningún jerarca político ha pedido perdón a los libaneses. El gobierno declaró un día de luto y muchos negocios cerraron sus puertas.
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