SEÚL – Uno de los drones norcoreanos que se infiltró en territorio surcoreano el pasado 26 de diciembre llegó a penetrar el perímetro de seguridad de 3.7 kilómetros (2.2 millas) en torno a la oficina presidencial en Seúl, según confirmó el miércoles un portavoz del Estado Mayor Conjunto (JCS).
La aeronave no tripulada penetró brevemente en el extremo norte de esta zona de exclusión aérea, conocida como P-73, “aunque no supuso ningún problema para la seguridad de la oficina presidencial en el distrito de Yongsan”, aseguró en rueda de prensa el portavoz Lee Sung-jun.
Estas declaraciones se producen después de que una fuente militar anónima adelantara a la agencia Yonhap la información, que contradice lo dicho inicialmente por el ejército surcoreano.
El JCS afirmó en su momento que uno de los cinco drones que entraron en Corea del Sur la semana pasada sobrevoló el norte de Seúl pero que no llegó a penetrar dicho perímetro.
La infiltración del pasado 26 de diciembre ha desatado críticas sobre las capacidades militares de Seúl para repeler este tipo de acciones, ya que ninguno de los cinco aparatos pudo ser derribado o capturado.
De cara a mejorar la preparación para futuros escenarios como este el ejército surcoreano realizará hoy ejercicios de defensa aérea, algunos con fuego real.
Las maniobras involucrarán a medio centenar de aeronaves como aviones de ataque ligeros KA-1 y helicópteros 500MD que transportarán tropas armadas con pistolas disruptivas que bloquean las señales con las que operan los drones.
Tras la infiltración, en Seúl se está planteando suspender un importante acuerdo para rebajar la tensión militar entre las dos Coreas en 2018 y también planea establecer una unidad de drones que lleve a cabo misiones de vigilancia y reconocimiento y también el desarrollo y la producción de drones furtivos de pequeño tamaño de aquí a un año.
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