Los cuatro mosqueteros que aspiran este año al Goya a mejor actor protagonista (Javier Bardem, por El buen patrón; Javier Gutiérrez, por La hija; Luis Tosar, por Maixabel, y Eduard Fernández, por Mediterráneo) han participado este jueves en un divertido debate en la Academia de Cine, en Madrid, entre risas, bromas y tacos, con numeroso público joven. Aunque entre los cuatro suman 13 premios Goya como intérpretes, estuvieron de acuerdo en que optar a uno más vuelve a ser algo especial. “Es una ilusión estar nominado, que te lo dan, ¡muy bien!; que no, pues te quedas triste”, rompió el hielo Javier Bardem, en un acto presentado por María Luisa Oliveira, coordinadora de la Fundación Academia de Cine. El mismo sentimiento expresó Eduard Fernández; Luis Tosar subrayó que todas las películas seleccionadas para esta categoría “van más allá de lo cinematográfico” por los temas que abordan, mientras que Javier Gutiérrez confesó, con modestia, que se sentía un poco extraño entre los seleccionados: “Soy un privilegiado por formar parte de este grupo”. La solución, el sobre con el nombre del ganador, llegará el sábado 12 de febrero en Valencia, en la edición 36ª de los Premios Goya.
Bardem (Las Palmas de Gran Canaria, 52 años), con cinco premios Goya, más otro como productor, es candidato por el personaje de Julio Blanco, empresario dueño de Básculas Blanco. El intérprete mencionó al director de la película, Fernando León de Aranoa: “Con él puedes probar a hacer cosas, cuando a mí me gusta ir más a lo seguro, y eso es para mal”, admitió. En Bardem, quizás, están puestas todas las miradas por su gran actuación de un tipo caciquil, a lo que ayuda que la película tiene 20 nominaciones, el récord en estos galardones.
Javier Gutiérrez (Luanco, Asturias, 51 años) también se refirió al realizador de la película por la que es candidato, La hija, de Manuel Martín Cuenca, que según el intérprete es “uno de los grandes directores de este país”. “Nos ha dejado a los actores en buen lugar y él ha cortado bastante de su película”, apuntó sobre un thriller opresivo en torno a la gestión subrogada. Gutiérrez, que tiene dos cabezones, es el manipulador marido de la mujer que interpreta Patricia López Arnaiz, con la que decide quedarse con la hija que va a parir una joven con la que han llegado a un acuerdo.
Para Eduard Fernández (Barcelona, 57 años), con tres goyas, ha sido su primera vez con el director Marcel Barrena. En Mediterráneo se cuenta la fundación de la ONG Open Arms, cuando en otoño de 2015, Óscar Camps (encarnado por Fernández) viajó hasta la isla griega de Lesbos, impactado por la fotografía del niño kurdo Aylan, ahogado en la orilla de una playa turca. “Camps es un personaje al que se ha atacado mucho. Cuando me lo propusieron me dije, a ver si la película va a ser un panfleto, pero fue muy interesante porque es un tema sobre el que se ha desinformado mucho”.
El personaje de un etarra
Y Luis Tosar (Lugo, 50 años), que tiene tres goyas, también interpreta a un personaje real, un etarra, en Maixabel, el drama de Icíar Bollaín que reconstruye la relación entre Maixabel Lasa, viuda del político socialista Juan María Jáuregui, asesinado por ETA, e Ibon Etxezarreta, miembro del comando que planeó y ejecutó su muerte. Tosar es el arrepentido terrorista que esperaba en el coche a los dos compañeros que entraron en una cafetería a matar a Jáuregui. “Lo que se cuenta en la película transcurrió en muchos años y eso no es fácil. Fue un lujo recibir este material, aunque a la vez extraño porque había voces que cuestionaban que se contara esto, a ver si vais a blanquear a los terroristas, nos decían. Cuando la iniciativa de Maixabel es algo para el futuro”. El actor recordó del rodaje la escena en la que se encontraba con Maixabel, interpretada por Blanca Portillo, un momento en el que la realidad traspasó la ficción. “Había tensión, nervios, entre otras razones porque mucha gente del rodaje estaba tocada por el tema”.
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SuscríbeteLuis Tosar, Eduard Fern‡ndez, Javier Gutiérrez y Javier Bardem, en un momento del debate en la Academia de Cine.Andrea Comas
Una de las cuestiones planteadas en el coloquio ha sido precisamente si dar vida a personajes no reales permite una mayor libertad de creación. “En mi caso, la inspiración vino con el texto de Fernando [León de Aranoa]”, agregó Bardem, que, sin embargo, también “se fijó en personajes reales que podían parecerse a un empresario popular, populista, dicharachero, vamos, ¡el rey Juan Carlos!”, bromeó. Mientras que Gutiérrez afirmó sobre su oscuro personaje que “había que encontrarle también alguna luz para que no pareciera tan hijo de puta”.
Sobre géneros cinematográficos, Gutiérrez continuó: “Me considero un actor de comedia, pero no llegan buenos guiones, echo de menos comedias costumbristas y no me atraen las que ahora rompen las taquillas”. Fernández, que no ha transitado mucho ese camino, aseguró que “es el género más difícil”, y estuvo de acuerdo en que “cuesta mucho encontrar un buen guion”. Para Tosar, la comedia suele estar poco representada en los premios. “A mí no me sale especialmente bien, pero es que en los últimos años en este país hemos convertido la comedia en una sucesión de chistes”, y alabó el guion de León de Aranoa en El buen patrón: “Hay varios momentos que me descojonaba”. Bardem recogió el guante: “Pero a mí lo que me interesó del guion de Fernando fue el drama, no vi la comedia. Luego él hizo su magia y al ver la película me sorprendió su humor”.
En un debate de una hora, en el que los cuatro estuvieron con mascarillas, fue inevitable referirse al segundo año marcado por la covid y cómo ha afectado a los rodajes. Fernández quiso ponerle humor refiriéndose a las pruebas PCR: “¿Por qué te meten el palito dos veces? ¿Puede ser que tengas covid en una fosa nasal y en otra no? Ya me dijeron que es por si acaso”. Una situación que todos han vivido y que Gutiérrez resumió: “Es una heroicidad hacer películas así, pero al menos estamos trabajando”.
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