Las consecuencias de la Covid-19, la guerra entre Rusia y Ucrania, así como la ruptura de las cadenas de suministro son tres factores clave para que la economía mexicana vaya a tener un futuro complicado en 2023.
Según estima Citibanamex, el próximo año México tendrá un crecimiento anual de 1.4%, lo que significaría una desaceleración con respecto al 2022.
Asimismo, la institución financiera anticipa que la postura fiscal del actual gobierno provoque un déficit en los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) de 4.3% del Producto Interno Bruto (PIB), cifra mayor a lo estimado por la Secretaría de Hacienda.
Lo anterior, aunado a la expectativa de un deterioro en la actividad económica durante 2023 y a que los ingresos presupuestarios tendrían un aumento de apenas 0.8%, en lugar del 9.9% aprobado, alerta Citibanamex.
Pero no todo es completamente obscuro. Citibanamex también prevé que la inflación en México comience a bajar. Según el banco, la inflación general alcanzó su máximo nivel en agosto-septiembre de 2022 y la inflación subyacente en noviembre-diciembre.
“Para 2023, pensamos que las presiones van a ceder gradualmente, y estimamos que la inflación general y subyacente se ubiquen ambas en 4.8%“, apunta Citibanamex.
A pesar de esto, existen cuatro factores que podrían implicar presiones inflacionarias elevadas persistentes: la inercia de los precios subyacentes, el impacto de mayores expectativas inflacionarias por parte de los agentes económicos, mayores precios de las materias primas y los efectos potenciales de mayores salarios.
El comportamiento de la economía de Estados Unidos también tendrá un efecto directo en México. De acuerdo con Citibanamex, “a medida que la economía de E.U.A. vaya deteriorándose, lo mismo lo hará la economía de México”. Esto se suma a las presiones por las políticas anticovid adoptadas por China y el decrecimiento de su economía.
Por lo anterior, la institución financiera recomienda promover un entorno interno que impulse el crecimiento de corto y mediano plazo. “En particular, se debe de procurar recuperar la confianza y proveer de certeza jurídica para observar mayor inversión”, apunta.
De igual forma, recomienda a México aprovechar el potencial de la relocalización (nearshoring) de las cadenas de producción.
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