Las personas abatidas por la Policía y las Fuerzas Armadas desde que en Ecuador se declaró el “conflicto armado interno” contra el crimen organizado ascienden a 12, calificadas por las autoridades como “terroristas“.
Así figura en el último balance publicado por el Gobierno ecuatoriano sobre las operaciones de policías y militares realizadas durante los 50 días que lleva el estado de excepción y que comenzó el 9 de enero como respuesta a una oleada de atentados y acciones violentas atribuida a las bandas criminales.
El último de ellos se dio en la noche del lunes en la portuaria ciudad de Guayaquil, en un intercambio de disparos entre presuntos delincuentes y policías, donde al parecer se logró frustrar un intento de secuestro contra un ciudadano.
Durante el estado de excepción también se contabilizan tres policías asesinados, al menos dos de ellos durante los hechos del 9 de enero, que incluyeron el secuestro de agentes, la toma del canal TC Televisión por parte de un grupo armado durante una emisión en directo y motines simultáneos en diversas cárceles con unos 200 rehenes que lograron ser liberados.
El número de detenciones durante las operaciones por el “conflicto armado interno” alcanzó las 10 mil 569, de las que 268 fueron capturas por presunto “terrorismo”, mientras que el mismo reporte señala que se han decomisado más de 64 toneladas de drogas.
Hasta ahora las fuerzas de seguridad han ejecutado más de 132 mil operaciones conjuntas (más de 2 mil 600 cada día), 179 de ellas contra bandas criminales denominadas ahora por las autoridades como grupos terroristas.
Además, se han incautado 3 mil 371 armas de fuego, más de 20 mil explosivos, más de 215 mil balas, 1,378 cargadores de balas y más de 4 mil 200 armas blancas.
Los agentes también decomisaron a la delincuencia 979 vehículos, 1,188 motocicletas y 28 embarcaciones, entre ellas un semisumergible para transportar droga; además de unos 262 mil dólares en efectivo.
En la estadística se mantiene la cifra de 34 reos recapturados, de los casi 90 que se fugaron de las cárceles donde, a comienzos de año, ocurrieron varios motines de reclusos con 200 rehenes entre guardias y policías que lograron ser liberados.
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Tras declarar el “conflicto armado interno”, el Gobierno del presidente Daniel Noboa identificó a al menos 22 grupos del crimen organizado transnacional y los ubicó “como organizaciones terroristas” y “actores no estatales beligerantes”.
Al señalar a esos grupos como no estatales beligerantes, el mandatario abrió una puerta legal para que las Fuerzas Armadas junto con la Policía actúen con todos sus recursos para neutralizarlos.
La espiral de violencia en Ecuador se desató cuando el Gobierno se disponía a aplicar su política de “mano dura” en las prisiones, muchas de ellas dominadas internamente por grupos de delincuentes, cuyas rivalidades dejaron más de 450 presos asesinados desde 2020 en una serie de masacres carcelarias.
Esa violencia carcelaria también saltó en los últimos años a las calles hasta convertir a Ecuador en uno de los países más violentos, con 45 homicidios intencionales por cada 100 mil habitantes en 2023. (EFE)
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