Las relaciones entre Estados Unidos y el Ejecutivo que encabeza el presidente salvadoreño Nayib Bukele han llegado a su punto más bajo este lunes. La encargada de negocios de la embajada estadounidense en San Salvador, Jean Manes, ha anunciado que dejará el país centroamericano esta semana debido a las que Washington considera decisiones antidemocráticas de Bukele, que han deteriorado su relación con la potencia norteamericana. “No hay interés por parte del Gobierno [de Bukele] por mejorar la relación con Estados Unidos”, ha afirmado Manes esta mañana en una conferencia de prensa.
La diplomática ha citado medidas controvertidas del joven y popular mandatario, entre ellas el ataque a la libertad de prensa, limitar el acceso a la información pública, cancelar proyectos anticorrupción y “aumentar sus ataques contra Estados Unidos, incluyendo ataques contra el presidente [Joe Biden] en redes pagadas por el Gobierno”, ha explicado. “Si el Gobierno tiene la intención de mejorar las relaciones con EE UU, no debe hacer ese tipo de acciones”, ha rematado la diplomática.
La tensión entre Washington y San Salvador ha aumentado desde finales de octubre, cuando se hizo público un audio en el que supuestamente participaba un funcionario de la embajada estadounidense en una reunión con diputados de Nuevas Ideas, el partido de Bukele, en la que expresaron su descontento por algunas decisiones controvertidas del mandatario. El presidente ha calificado el hecho como “conspiración” e inició una implacable cacería dentro de su agrupación política.
La sede diplomática negó las acusaciones y explicó que “la Embajada no apoya a un partido político sobre otro y se reúne con una amplia variedad de funcionarios del Gobierno salvadoreño y ciudadanos salvadoreños, como es normal en todas las relaciones diplomáticas”. Manes ha reiterado este lunes esa posición, al afirmar que “en nuestra casa, nuestra Embajada, siempre invitamos a personas de todos los sectores y el Gobierno lo sabe, ellos participaron de estas reuniones antes de llegar al Gobierno. Nunca tratamos de dividir, siempre tratamos de tener diferentes perspectivas”.
Ni Bukele ni su Administración han reaccionado a la decisión de Estados Unidos, aunque desde la oposición han criticado la posición de Bukele. La diputada opositora Claudia Ortiz ha afirmado, en declaraciones al diario salvadoreño La Prensa Gráfica, ha cuestionado al Gobierno. “¿No nos interesa tener una relación con Estados Unidos? ¿Entonces qué nos interesa? ¿Tener una relación con el crimen organizado o con otro tipo de gobiernos que no son democráticos y que no buscan apoyarnos en la lucha contra la corrupción”, ha dicho la legisladora.
Mientras tanto, el mandatario tensa más las relaciones con la comunidad internacional, después de que este lunes fueran allanadas las sedes de seis organizaciones no gubernamentales por órdenes de la fiscalía salvadoreña, que incluyen a onegés que luchan por los derechos de las mujeres. “El gobierno del presidente Nayib Bukele sigue los pasos de [Daniel Ortega], allanando y criminalizando a organizaciones que defienden derechos humanos de las mujeres”, ha denunciado la líder feminista Morena Herrera, en referencia a la persecución en Nicaragua contra organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación.
Bukele, por su lado, anunció el domingo en una enorme puesta en escena la creación de una Ciudad del Bitcoin, a un coste de 17.000 millones de dólares. Frente a centenares de seguidores, con un escenario muy parecido a los montados por las grandes tecnológicas cuando anuncian sus nuevos lanzamientos, Bukele se ha mostrado entusiasta con el proyecto y ha prometido que traerá desarrollo económico para su país. Entre grandiosos fuegos artificiales reflejados sobre las aguas de una playa del Pacífico, desde el Gobierno del joven populista se ha afirmado que esta iniciativa pretende convertir a El Salvador en la Singapur de América Latina.
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