El expediente por corrupción contra Walmart se cierra con una multa de 282 millones de dólares. La mayor cadena hipermercados del mundo llevaba años siendo investigada en Estados Unidos ante las sospechas de haber pagado sobornos a funcionarios en México, Brasil, China e India conforme su negocio se expandía rápidamente a escala internacional. Las autoridades estadounidenses consideran que el gigante operó durante más de una década sin adoptar las medidas necesarias de control.
Los cargos son por violar la conocida como Foreign Corrupt Practices Act (FCPA), que prohíbe a empresas e individuos de EE UU pagar a funcionarios en el extranjero para así conseguir contratos. La legislación establece también directrices muy claras de transparencia contable. En el caso de Walmart, los supuestos pagos ilícitos en los cuatro países emergentes se habrían realizado a través de terceros.
Del total anunciado, 144 millones los impone el regulador del mercado de valores (SEC, en sus siglas en inglés). Los 138 millones restantes son para resolver una investigación penal paralela por parte del Departamento de Justicia. Las autoridades explican que Walmart no adoptó las acciones necesarias para garantizar que los desembolsos que hacían sus filiales respetaban la legislación anticorrupción.
En este sentido, en el comunicado en el que se anuncia la sanción se afirma que Walmart permitió en esos cuatro mercados que intermediarios sobornaran a funcionarios del Gobierno para obtener permisos de construcción más rápido y así acelerar el proceso de apertura de nuevas tiendas. “Valoró más el crecimiento y el recorte de costes que el cumplimiento de la ley”, afirma Charles Cain desde la SEC.
El regulador ordenó a la compañía que debía aplicar un programa específico para resolver las deficiencias que había detectado. Pero las violaciones, añade, persistieron pese “a las banderas rojas”. Cain señala en este sentido que Walmart podría “haber evitado muchos de estos problemas”. “Pero en su lugar optó por tomarse las advertencias en serio y retrasó la aplicación de los controles apropiados”.
La compañía aceptó finalmente que violó las provisiones de la legislación contra las prácticas corruptas y acordó desembolsar la sanción para resolver las investigaciones en EE UU. El escándalo de los sobornos dio un serio mazado a la reputación de Walmart, considerada como una de las compañías más odiadas del universo corporativo estadounidense por sus agresivas prácticas comerciales y laborales. La propia cadena inició una investigación interna hace cuatro años.
La sanción es inferior a los 1.000 millones de dólares que buscó el Departamento de Justicia durante la administración de Barack Obama para cerrar el expediente. La investigación se inició tras descubrirse que pagó sobornos en México, su principal mercado fuera de EE UU. Allí abrió 150 tiendas durante el periodo de los sobornos, entre 2002 y 2005. Walmart registró el pasado ejercicio ventas por valor de 510.330 millones. La facturación internacional es de 120.820 millones.
El consejero delegado de Walmart, Doug McMillon, se limitó a celebrar en un comunicado haber podido “resolver la cuestión” con los reguladores y asegura que se “reforzaron las políticas, procedimientos y sistemas” para evitar violaciones similares. También señala que se destinaron “enormes recursos” a escala global para la formación ética y cumplimiento de la legislación que previene los sobornos. “Ahora contamos con un programa más robusto contra las prácticas corruptas”, concluye.
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