EE UU se suma a la busca del submarino desaparecido en Indonesia mientras se agota el oxígeno


Indonesia multiplica los esfuerzos para hallar al submarino desaparecido el miércoles al norte de la costa de Bali con 53 tripulantes a bordo. A escasas horas de que se acabe el oxígeno que podría mantener con vida a sus ocupantes, en caso de que el aparato permanezca intacto, las tareas de búsqueda ―en las que participan hasta 21 buques de guerra, barcos patrulla y helicópteros, y que cuentan con la ayuda de otros países― continúan sin dar fruto. El Boeing P-8 Poseidon, un avión de última tecnología de la Marina de EE UU, diseñado para misiones de guerra antisubmarinas e interceptación de embarcaciones se unirá esta noche al equipo de búsquedas. El archipiélago asiático desplegó este viernes el KRI Rigel-933, un navío con capacidad sonar ―técnica que utiliza la propagación del sonido bajo el agua para navegar, comunicarse o detectar objetos sumergidos―, en lo que supone la última esperanza de encontrar el aparato antes de que sea demasiado tarde.

“El submarino está ahora en una posición inmóvil, de modo que solo la tecnología sonar (del acrónimo inglés SONAR) puede detectarlo”, aseguró este viernes desde Bali Achmad Riad, portavoz de las Fuerzas Armadas indonesias. El buque de guerra con capacidad sonar fue utilizado también para las operaciones de búsqueda del avión de la compañía Air Sriwijaya, que se estrelló el pasado enero con 62 personas a bordo en aguas próximas a la capital, Yakarta, y cuya segunda caja negra se halló hace tres semanas.

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El suministro de oxígeno en el submarino, el KRI Nanggala 402, puede durar hasta 72 horas desde que se dio por desaparecido, límite establecido en las 3:00 de la mañana del sábado, hora local (20.00 GMT del viernes). La nave, fabricada en la República Federal de Alemania en 1977, se disponía a realizar ejercicios militares con torpedos tras pedir permiso para sumergirse a las 3.00 del miércoles, hora local. Los intentos desde el exterior de reanudar contacto con la tripulación entre las 3.45 y las 4.04 del miércoles fueron en vano.

Las causas de la desaparición del submarino, el primer incidente mayor de este tipo en Indonesia, son todavía una incógnita. La Marina del país del sureste asiático contempla la posibilidad de que el submarino se quedara sin electricidad durante la inmersión y no pudiera activar el dispositivo de emergencia mientras se precipitaba a profundidades de entre 600 y 700 metros, por encima de su capacidad (que le permite descender entre 250 y 500 metros para poder soportar la presión). Aunque la zona donde se cree que se encuentra es menos profunda, el mar de Bali puede llegar hasta los 1.500 metros.

“La prioridad es la seguridad de los 53 tripulantes”, advirtió el presidente indonesio, Joko Widodo, según el diario The Jakarta Post. “Me pongo en la piel de los familiares de los tripulantes. El Gobierno está plenamente comprometido con la búsqueda y continuará las operaciones hasta encontrar y rescatar a todos los que estaban a bordo”, añadió Widodo. Hasta la fecha, en la zona rastreada, unos 100 kilómetros al norte de la isla de Bali, solo se ha hallado un objeto de “alta fuerza magnética”, a una profundidad de unos 50 y 100 metros, según informó este viernes un portavoz de la Marina, Yudo Margono, además de un derrame de combustible localizado horas después del último contacto con el submarino. Este podría indicar un daño en el navío o tratarse de una señal enviada por la tripulación, según las fuerzas navales indonesias.

Además de Indonesia, otros países vecinos participan en las tareas de búsqueda. Dos fragatas australianas se sumaron en la mañana del viernes a las operaciones, mientras se espera que un buque de rescate procedente de Singapur llegue a las aguas de Bali el sábado, y otro de Malasia el domingo. India ha enviado un submarino de rescate especializado en aguas profundas.

El KRI Nanggala-402 es el más antiguo de la flota indonesia, a la que se incorporó en 1981. Otro submarino que entró en servicio ese mismo año, el KRI Cakra, se encuentra bajo mantenimiento desde enero de 2020. El archipiélago asiático, que lleva años intentando modernizar su equipamiento militar y capacidades de defensa, dispone en total de cinco naves de origen alemán, entre ellas la desaparecida, y tres más nuevas compradas a Corea del Sur.


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