BOGOTÁ, Colombia — Estados Unidos ofreció este jueves recompensas de hasta 10 millones de dólares por el arresto de dos rebeldes colombianos que fueron figuras clave en el histórico proceso de paz de la nación pero han vuelto a tomar las armas.
La agencia antidrogas DEA y el Departamento de Estado ofrecieron el dinero para quien ayude a la captura de Luciano Marín, alias Iván Márquez, y de Seuxis Hernández, alias Jesús Santrich.
A ambos hombres se les dieron escaños en el Congreso de Colombia y fueron defensores activos del acuerdo de paz de 2016 que supuestamente puso fin al conflicto más antiguo de América Latina, pero huyeron en medio de acusaciones de que seguían involucrados en el tráfico de drogas.
Hernández fue encarcelado en 2018 después de que fiscales en Nueva York ordenaron su arresto por cargos de drogas, acusaciones que negó. Desapareció aproximadamente un mes después de que la Corte Suprema de Justicia de Colombia ordenó su liberación mientras se investigaban los cargos. Funcionarios estadounidenses también estaban investigando a Marín cuando desapareció.
Ambos hombres reaparecieron en agosto de 2019 cuando publicaron un video donde aparecían de nuevo con sus uniformes verde oliva junto a un pequeño grupo de disidentes y en el que acusaron al gobierno de Colombia de incumplir el acuerdo de paz. Autoridades de ese país alegan que el presidente venezolano Nicolás Maduro les está proporcionando refugio.
En marzo, el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó a Hernández, a Marín, a Maduro y a otra docena de funcionarios venezolanos de asociación delictuosa para contrabandear cocaína a territorio estadounidense.
“Durante décadas, las FARC utilizaron el narcotráfico para financiar sus actividades terroristas y se asociaron con las élites venezolanas corruptas para amenazar a Estados Unidos y nuestros aliados”, dijo el administrador interino de la DEA, Timothy Shea, utilizando las siglas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. “Esperamos que el incremento en estas recompensas anime a aquellos con información valiosa a contactar a la DEA”.
La decisión de Marín y Hernández de retomar las armas fue un duro golpe para el acuerdo de paz de Colombia. Ambos excomandantes de las FARC ayudaron a negociar el pacto. Eran dos de los líderes más visibles del grupo que promovían el acuerdo después de su firma.
En su ausencia, el liderazgo restante de las FARC ha seguido presionando para que se implemente el acuerdo. Los exrebeldes crearon un partido político y han incursionado en su nueva vida civil. Pero siguen enfrentando amenazas: la ONU registró 77 asesinatos de exguerrilleros en 2019.