Desde hace meses, varios laboratorios se dedican a una carrera desenfrenada para desarrollar la primera vacuna contra el Covid-19. Si bien los resultados anunciados en noviembre son esperanzadores, cada candidata presenta sus particularidades con respecto a metodología, dosificación y conservación.
Ségolène Allemandou / France 24
En tan sólo unos cuantos días, varios laboratorios declararon fuerte y claro la eficacia de su vacuna contra el Covid-19. La alianza germano-estadounidense BioNTech/Pfizer fue la primera, al afirmar a principios de noviembre que su producto era 90% eficaz. Dos días después, los rusos del instituto Gamaleia los superaron, anunciando una eficacia del 92%, seguidos por la empresa estadounidense Moderna, con una cifra espectacular que asciende a 94.5%. Pero BioNTech/Pfizer fue más allá y mejoró la eficacia a 95% el pasado 18 de noviembre, tras concluir los resultados finales de su ensayo clínico a gran escala.
En esta competencia planetaria, con gigantescas apuestas financieras, cada laboratorio trata de ocupar el terreno mediático con su vacuna, con el objetivo de reunir la mayor cantidad posible de encargos previos. Sin embargo, es importante recordar que por ahora sólo hay resultados parciales de las pruebas de fase 3, realizadas sobre un pequeño grupo de voluntarios. Estos datos, comunicados a través de la prensa, todavía deben ser objeto de una publicación detallada en una revista científica. Y todavía quedan varias preguntas sin respuesta: ¿Cuánto dura la inmunidad proporcionada por estas vacunas? ¿La eficacia también está comprobada en los individuos más frágiles? ¿Hay que preocuparse por efectos secundarios graves?
Entre los 48 candidatos a la vacuna censados en noviembre por la Organización Mundial de la Salud (OMS), France 24 se interesó por los que están en la etapa más avanzada, la fase 3, durante la cual la eficacia de la vacuna es medida en decenas de miles de voluntarios, repartidos en varios continentes. Es el caso de los candidatos de Moderna, de la alianza germano-estadounidense BioNTech/Pfizer y del Instituto de investigación ruso Gamaleia (llamado Sputnik V).
El proyecto europeo, llevado a cabo por la universidad de Oxford con el británico AstraZeneca y el del laboratorio chino Sinopharm también se encuentran en la fase 3, pero todavía no han publicado sus resultados. Los demás aún siguen en la fase 1 (cuyo objetivo es sobre todo evaluar la seguridad del producto) o en la fase 2 (donde ya se explora el tema de la eficacia).
¿Cuáles son las técnicas?
“Los resultados anunciados por Pfizer y Moderna parecen extremadamente interesantes”, estimó el genetista Axel Khan el lunes 16 de noviembre. Los laboratorios han trabajado con diferentes técnicas, algunas ya probadas, otras inéditas.
Moderna y Pfizer/BioNTech le apostaron a una nueva técnica basada en vacunas “con ADN” o “con ARN”, productos experimentales que utilizan fragmentos de material genético modificado. De manera concreta, se inyecta la molécula de ARN mensajera, que le dice a las células lo que se debe fabricar. Con esta metodología no es necesario cultivar un patógeno en un laboratorio, el organismo es el que hace el trabajo. La consecuencia: estas vacunas son más rápidas de desarrollar. Pero el suero, envuelto en una capa protectora de lípidos, debe ser almacenado a temperatura muy baja porque el ARN es frágil: -70ºC para BioNTech, frente a -20ºC para Moderna.
Otra particularidad: se necesitan dos dosis para ser eficaces (con un espacio entre cada una de tres semanas para Moderna, de cuatro para Pfizer), lo cual complicará la logística y la producción.
Otros fabricantes (como el chino Sinopharm) prefirieron trabajar con metodologías más clásicas que utilizan un virus “muerto”. Son las vacunas llamadas “inactivadas”, como para la polio o la gripa, o “atenuadas”, para el caso de la viruela o de la fiebre amarilla. El producto es inyectado en el organismo para hacer reaccionar el sistema inmune, que producirá anticuerpos específicos.
Otras vacunas, llamadas “de vector viral”, son más innovadoras: se toma como base otro virus que se transforma y se adapta para combatir el Covid-19. Es la técnica que escogieron la Universidad de Oxford y también los rusos, quienes utilizan unos adenovirus (familia de virus muy comunes).
¿Cuántas dosis?
Una vez concluida la fase 3 de pruebas y la homologación para entrar al mercado, sigue la etapa de la vacunación a gran escala. Para esto, es necesario que las sociedades tengan la posibilidad de producir muchas dosis de la vacuna, sobre todo si se necesitan dos para que una persona se vuelva inmune. Moderna se comprometió a distribuir 20 millones de dosis para finales del 2020 en Estados Unidos y entre 500 millones y mil millones de dosis en el mundo en 2021. La agenda de encargos previos también está bastante llena para Pfizer/BioNTech, quienes tienen previsto repartir hasta 50 millones de dosis para el final del año y hasta 1.3 mil millones de dosis para el próximo.
En cuanto a los rusos, la producción de una vacuna a gran escala parece más complicada. A principios de noviembre, Moscú le propuso a París que “las organizaciones rusas involucradas y el Instituto Pasteur” cooperaran para tener la capacidad de repartir rápidamente una cantidad suficiente de dosis. Por ahora, no ha habido ninguna confirmación.
¿Cómo será la distribución?
Una vez se hayan producido las dosis, es necesario poder inyectarlas. Esto representa todo un reto logístico para los laboratorios que deberán enviar sus vacunas. Sobre todo para las que están desarrolladas con ARN mensajero.
Efectivamente, este tipo de vacuna debe ser almacenada a temperatura muy baja. El anuncio de un almacenamiento a -80ºC para el producto de Pfizer/BioNTech dejó helados a muchos países, aunque el Gobierno francés ya prereservó 90 millones de dosis. Por otro lado, el ministro de Salud, Olivier Véran, anunció un pedido de 50 supercongeladores para poder conservarlas.
Por su parte, Moderna tiene una ventaja pues su vacuna puede ser almacenada a -20ºC durante seis meses, en un refrigerador (entre 2ºC y 8ºC) durante 30 días y a temperatura ambiente durante 12 horas. Pero por ahora los europeos no han comprado ninguna dosis.
Hasta el 19 de noviembre, la pandemia de Covid-19 ha dejado al menos 1.3 millones de víctimas mortales en el mundo. Más de 56 millones de casos de infección han sido diagnosticados de manera oficial.
Este artículo fue adaptado de su original en francés