Cada 15 de agosto se celebra el Día Mundial de la Relajación. Entonces pensamos en lo poco que lo hacemos durante el año. Te mostramos algunos ejercicios para relajarte todo el año porque así entrarás en un estilo de vida saludable, en el que tanto cuerpo como mente crecerán y pondremos en valor muchas cosas que antes no teníamos en cuenta.
Son gestos sencillos que todos podemos hacer cuando vemos que no controlamos nuestra vida, pero no una vez si no de manera progresiva.
Aromaterapia
No es una terapia en sí, ni mucho menos, pero el poder de los aromas permite que consigamos relajarnos con un solo olor que nos recuerda a nuestra niñez o bien nos aportan felicidad. Cerremos los ojos ante el olor que nos produce satisfacción y concentrémonos en él durante unos minutos. Para cada uno puede ser un olor distinto.
Yoga
El yoga es toda una filosofía. No podemos de golpe hacer yoga como si nada y luego seguir con otras cosas y no volver a hacerlo durante un tiempo. Si quieres entrar en este mundo vas a tener que hacerlo poco a poco para aprender a tu ritmo y conseguir posiciones y movimientos cada vez más complicados.
Uso de las imágenes guiadas
Es otro sencillo ejercicio para relajarte todo el año. Para hacerlo, como en muchas otras acciones de relax, necesitamos un lugar comodo para sentarnos, cerramos los ojos, respiramos despacio, imaginamos imágenes que nos transportan a un lugar realmente cautivador y muy relajante, como puede ser una isla, una playa, lo que queramos que nos aporte paz, nos imaginamos allí andando y cada vez nos sentimos mejor porque notamos la brisa de la playa.
Relajar los músculos
El estrés surge por miles de cuestiones pero sus consecuencias pueden afectar a nuestro cuerpo, tenemos los músculos tensionados y nos hacen sentir mal. Para hacer este ejercicio debemos tensar un grupo de músculos cuando inhalamos y los relajamos cuando exhalamos. Esto lo podemos hacer varias veces a la semana y notaremos una enorme relajación y menos ansiedad. Para hacerlo sobre seguro, hay que preguntar a un fisioterapeuta o a un experto porque podemos equivocarnos y hacernos daño.