Tenemos en nuestra cocina muchos productos que creemos que no caducan nunca, como por ejemplo el aceite de oliva. Es cierto que tiene una vida útil mucho más larga que otros alimentos, pero esto no significa que no caduque. Tal y como explican los expertos, lo mejor es consumirlo cuanto más fresco mejor. Pero por ingerir un aceite que lleva seis u ocho meses en la despensa no vamos a sufrir ningún tipo de problema de salud.
¿Cuál es el tiempo límite desde el envasado? Dos años. Pasado este tiempo, el aceite de oliva empezará poco a poco a perder sus propiedades. Se trata de un producto 100% natural que evoluciona con el tiempo, y sus propiedades, textura y sabor pueden verse afectados.
Cabe señalar que el aceite de oliva «caducado» no supone riesgo alguno para la salud. Entonces, ¿qué ocurre si lo consumimos pasados dos años desde la fecha de envasado? Notaremos que tiene un sabor malo, o más rancio de lo normal.
“Un AOVE no caduca, en el sentido de que nunca va a perjudicar la salud del que lo tome, pero con el tiempo sí se produce una merma de sus cualidades organolépticas, es decir pierde su sabor y olor inicial, que lo caracterizan como virgen extra», explican desde la Denominación de Origen Sierra Mágina, según recogen en ‘Diario de Gastronomía’.
Consejos para conservar el aceite de oliva
Conservar el aceite de oliva en perfectas condiciones es muy sencillo siguiendo unos consejos básicos.
El calor y la luz son dos de los principales enemigos del aceite, así que es fundamental evitarlos. Con el calor pierde su característico color verde, así como parte de su sabor y propiedades. Por lo tanto, la botella de aceite debe estar alejada de cualquier fuente de calor, así como de la luz del sol.
Si el aceite de oliva está expuesto a temperaturas cálidas, con el paso del tiempo se empezará a oxidar y terminará volviéndose rancio. Esto también afecta a su textura y sabor.
¿Es una buena idea guardar el aceite en la nevera? Definitivamente, no. Aunque el frío no lo estropea, sí cambia su aspecto. La principal razón es que se cuaja por el frío, provocando que se formen grumos y el interior se solidifique.
Para que dure muchos meses, es requisito indispensable que no esté expuesto a cambios de temperatura bruscos.
Estos son los principales consejos para el almacenamiento del aceite de oliva.
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