La pesadilla del actor mexicano Pablo Lyle continuará. La jueza Marisa Tinkler ha dictado una sentencia de 5 años de prisión y 8 años en libertad condicional al intérprete declarado culpable de homicidio involuntario tras golpear mortalmente en una avenida de Florida al cubano Juan Ricardo Hernández, de 63 años, en marzo de 2019. “Este es uno de los casos más difíciles que he tenido que atender. Mi motivación es imponer una sentencia justa y este caso no ha dejado de estar en mi cabeza desde 2019, esto no ha dejado de estar en la mente y el corazón de la familia del señor Hernández y de la familia del señor Lyle, tanta gente se ha visto afectada por lo que pasó ese día. El señor Hernández no merecía morir ese día”, ha dicho la magistrada este viernes al imponer la sentencia. La jueza consideró atenuantes para imponer su sentencia como la falta de antecedentes penales y el arrepentimiento del imputado. En la audiencia que duró casi cuatro horas, el actor, de 36 años, portaba el uniforme de prisión y se veía visiblemente tenso. La defensa tiene 30 días para apelar la sentencia.
Por primera vez durante todo el proceso, el protagonista del filme Mirreyes vs Godínez habló. “Esto es el resultado de algo que hice y que está conmigo siempre cuando voy a dormir, nadie hubiera querido que esto ocurriera y nadie quiere una cosa como esta, algo que afecta en cuestión de segundos con un puño, qué le puedo decir de lo ocurrido, lo siento, realmente lo siento desde el fondo de mi corazón. Sé que han perdido a alguien muy importante en su vida y sé que no puedo hacer nada par traerlo de vuelta. Lo siento mucho, es la disculpa más sincera que he ofrecido en mi vida”, ha dicho intercalando frases en inglés y español y sollozos.
El cuñado del actor, Lucas Delfino, tomó la palabra para solicitar perdón a la familia de Hernández, que se encontraba en la sala y volvió a esgrimir la defensa de que tanto él como Lyle reaccionaron por miedo y en defensa propia. “Creo que la forma de sanar nuestros corazones no es aferrándonos al sufrimiento y al dolor”, dijo. En la audiencia también hablaron Silvia Lyle y Ana Araujo, hermana y esposa del actor. “Estoy orgullosa de ti Pablo, muchos pueden juzgar una reacción, pero no todos pueden ver lo que yo he visto, he sido testigo de tu dolor, de tu arrepentimiento y de la bondad de tu gran espíritu”, declaró su esposa dirigiéndose al actor, quien estaba visiblemente conmovido.
Tanto la expareja del fallecido, Mercedes Arce, como Juan Hernández, hijo de la víctima, pidieron a la jueza la pena máxima de 15 años contra el actor. “Han sido cuatro años muy duros. Mi padre era un señor que gozaba de buena salud. Nunca pensé que esto le sucediera a mi padre, era un hombre de principios y era un hombre de promesas que las cumplía. En el 2011 vino a este país y me hizo una promesa: ‘que no me preocupara que él me iba a traer a este país’ y así lo cumplió, por eso quiero que sepan que mi padre está muy orgulloso que yo esté aquí representándolo a él y a nuestra familia. Por eso quiero pedirle a usted su señoría que al señor Pablo Lyle se le dé la pena máxima”, dijo.
La Fiscalía secundó la petición de los familiares de Fernández. “Hablamos de falta de responsabilidad, el acusado responsabiliza a la víctima de sus acciones. Las decisiones del acusado ameritan repercusiones”, indicó el fiscal. Por el contrario, los abogados del acusado pidieron clemencia a la jueza, argumentando que Lyle no tiene antecedentes penales, producto del miedo y de la necesidad de proteger a su familia, por lo que pidieron una pena de un año y un día.
Hace dos meses la magistrada rechazó un pedido de Lyle para un nuevo juicio y ratificó el veredicto de culpabilidad emitido en octubre pasado por un jurado. En ese entonces, la defensa legal del actor solicitaron que el juicio y el veredicto fueran anulados, bajo alegatos de que hubo inconsistencias y no se admitieron pruebas ni testigos que habrían demostrado que el actor actuó por temor a su vida y la de sus hijos. Desde el principio del proceso judicial, los abogados de Lyle señalaron que actuó en defensa propia, pero ese alegato fue rechazado por una corte de mayor jerarquía que ordenó el juicio. Por el contrario, la Fiscalía de EE UU aseguró al jurado que las últimas palabras de la víctima fueron: “Por favor, no me hagas daño”, antes de caer y golpearse mortalmente.
El 2019 iba a ser el mejor año en la carrera de Pablo Lyle. A los 32 años y después de pasar la mitad de su vida como galán de telenovelas, en enero disfrutaba del éxito de su primer papel cinematográfico en Mirreyes vs Godínez. En menos de cinco minutos su destino dio un vuelco radical esa tarde del 31 de marzo. Ese día, tras unas vacaciones familiares, el intérprete se dirigía con su familia al aeropuerto de Miami, Florida, cuando se encontró con un altercado de tráfico. En las imágenes de las cámaras de seguridad se observa cómo el actor da un golpe a un hombre, quien queda tendido en el suelo. La víctima, de origen cubano, falleció cuatro días después del ataque debido a las consecuencias de un “trauma contundente en la cabeza”. Fue entonces cuando las autoridades de Miami obligaron a Lyle a volver a EE UU.
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