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El América se erige como campeón indiscutible en México al ganar la Copa MX


Uno de los mejores productos de Televisa, el gran conglomerado de medios mexicano, son las telenovelas. La dicotomía es simple: un personaje bueno y otro malo. El villano del fútbol en México ha sido el club América, equipo que pertenece al consorcio televisivo. Ellos mismos se han autoproclamado como la plantilla a odiar. Ese espíritu les ha valido para erigirse como los más laureados de su país. Este miércoles, el América ha ganado la Copa mexicana a Juárez, un equipo de segunda división, por 0-1.

El América cambió sus habituales colores, el azulcrema, por unos estruendosos: un naranja con azul que, según su propósito, es un homenaje a Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, el hombre que creó el programa El Chavo del 8. La estela chillante de los americanistas encontró un rocoso equipo en Juárez, el cual puso resistencia para no dejarse superar por los veloces costados de los americanistas. La final de la Copa estuvo entorpecida por unas ráfagas de viento de 95 kilómetros por hora que han azotado a la fronteriza Ciudad Juárez, donde su mayor fervor es hacia los Bravos de Juárez. La mejor estrategia para el asedio al rival eran los trazos largos y, con suerte, un remate fortuito a portería.

Antes del ocaso del primer tiempo, Henry Martín, jugador de las águilas, fue golpeado en el área rival, una acción válida para cobrar un penalti. El América, con un discreto tiro de Emmanuel Aguilera, se puso en ventaja en el marcador para apachurrar el ímpetu de Juárez. Los Bravos intentaron emparejar el partido, primero con una llegada por el costado que no pudo ser bien rematada por el delantero Leandro Carrijo y, segundo, con un tiro libre del guardameta Edmundo Vázquez que terminó desviada antes de clavarse en el ángulo. Hubo poco trabajo para el portero azulcrema, Agustín Marchesín, quien tuvo una peliaguda situación cuando uno de sus compañeros, Bruno Valdez, se estrelló en una de sus rodillas. Martín intentó hacer un par de remates a puerta y hasta ahí quedó el atractivo de una final desteñida.

Las águilas, dirigidas por el colérico Miguel Piojo Herrera, se han erigido como el equipo con más títulos para un club mexicano con 13 Ligas, seis Copas y siete del torneo de la Concacaf. El torneo copero no lo ganaban desde hace 45 años cuando sometieron al Cruz Azul, uno de sus históricos oponentes.De soslayo, las Chivas de Guadalajara miran los éxitos de los azulcremas, su rival de tradición. Los rojiblancos se han convertido en la antípoda de la gloria del América al estar alejados de los puestos de los primeros puestos de la tabla y cada vez más cerca del laberinto del descenso. No hay un rival que pueda contra el América en México. “Vamos a buscar pelear por la [copa] que sigue y a va a tener que ser un interescuadras porque, ¿contra quién vamos a jugar si ganamos todo?”, ironizó Herrera tras el partido. El americanismo se resume en esa respuesta de su comandante. El América, el club de la mayor televisora mexicana, agranda su legado, su influencia y su animadversión.

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