El anillo del dictador

El anillo del dictador

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, juró este viernes en nombre de su mentor Hugo Chávez para su tercer mandato ante la Asamblea Nacional, prometiendo paz y prosperidad así como una “nueva democracia”, mientras que la comunidad internacional lo atacó con dureza emitiendo una nueva serie de sanciones.

Durante una ceremonia, que se adelantó varias horas a lo programado inicialmente, Maduro prometió ver por el pueblo venezolano con su mano derecha sobre un ejemplar original de la Constitución firmada por el fallecido Chávez, aprobada mediante referéndum en diciembre de 1999.

En su mano derecha, reposada para jurar y tomar protesta, lució un anillo con una joya incrustada de color verde, de cuyo valor no se tiene noticia.

“Haré cumplir todos sus mandatos, haré cumplir todas las obligaciones de la Constitución y las leyes de la república y que este nuevo periodo presidencial será el periodo de la paz, la prosperidad, la igualdad y la nueva democracia”, sostuvo Maduro, cuyo tercer mandato de seis años se extenderá hasta 2031.

Juro por el histórico, noble y aguerrido pueblo de Venezuela y ante esta Constitución, que haré cumplir todos su mandatos, inauguro el nuevo periodo de la paz, la prosperidad y la nueva democracia

“Lo juro por la historia, lo juro por mi vida y así cumpliré y cumpliremos, lo juro”, agregó Maduro, un exdirigente sindical y conductor de autobús de 62 años.

Poco después de iniciado el acto, Estados Unidos, la Unión Europea y Gran Bretaña emitieron una serie de sanciones contra Maduro, funcionarios de su Gobierno, de PDVSA y de la justicia.

Estados Unidos aumentó la recompensa por el arresto de Maduro, que comenzó a gobernar en 2013. Entre los funcionarios sancionados por Washington figuran el recientemente nombrado jefe de la petrolera PDVSA, Héctor Obregón, y el ministro de Transporte, Ramón Velásquez.

En tanto, los Estados de la Unión Europea ampliaron sus sanciones para incluir a otros 15 miembros del Consejo Nacional Electoral, el poder judicial y las fuerzas de seguridad. Gran Bretaña sancionó a 15 personas asociadas con el Gobierno, a los que considera responsables de violaciones de derechos humanos y de socavar la democracia y el estado de derecho.

“El gobierno saliente de Estados Unidos no sabe cómo vengarse de nosotros“, sostuvo Maduro en su alocución.

Digan lo que quieran decir, hagan lo que quieran hacer, pero esta toma de posesión venezolana, no la pudieron impedir y es una gran victoria de la democracia.

Maduro y los funcionarios de su Gobierno siempre han rechazado las sanciones de Estados Unidos y otros países, diciendo que son medidas ilegítimas que equivalen a una “guerra económica” diseñada para paralizar a Venezuela.

Han aplaudido lo que dicen es la resistencia del país a pesar de las medidas, aunque históricamente han culpado de algunas dificultades económicas y la escasez a esas sanciones.

El inicio del nuevo periodo de Maduro como presidente se da tras una larga disputa por una controvertida elección de julio y llamados internacionales para que deje el poder.

Maduro fue declarado ganador tanto por la autoridad electoral de Venezuela como por el máximo tribunal, aunque no se han publicado los recuentos detallados que confirmen su victoria.

La oposición dice que tiene las actas de votación que muestran la victoria de su candidato Edmundo González, un exembajador de 75 años. Los observadores electorales internacionales han dicho que la votación no fue transparente.

Los meses transcurridos desde la votación han estado marcados por la salida de González a España en septiembre tras ordenarse su detención, el paso a la clandestinidad en el país de la líder opositora María Corina Machado y la captura de dirigentes y activistas.

El Gobierno de Maduro ha acusado a la oposición de fomentar complots fascistas en su contra. Tanto González como Machado están siendo investigados por la Fiscalía por presunta conspiración, pero sólo González tiene una orden pública de arresto.

La ‘nueva democracia’ entre denuncias de represión

La primera aparición pública de Machado desde agosto, en una marcha antigubernamental en Caracas el jueves, se vio empañada por una breve detención. Su movimiento político Vente Venezuela dijo que se dispararon armas y que Machado fue derribada de la motocicleta en la que salía del evento.

El Gobierno se burló del incidente y negó cualquier implicación, diciendo que la oposición lo había orquestado para generar apoyo a Machado.

González había dicho que llegaría el viernes para asumir el poder, pero al mediodía no se tenían noticias de su paradero. Los expresidentes Laura Chinchilla (Costa Rica) y Felipe Calderón (México), que habían prometido ingresar al país con el opositor, dijeron que daban por terminada su misión ante las medidas tomadas por Maduro.

No estaba claro de inmediato si González retornaría a España.

La oposición, las organizaciones no gubernamentales y los organismos internacionales como Naciones Unidas han denunciado durante años la creciente represión a los partidos políticos de oposición, los activistas y los medios de comunicación independientes en Venezuela.

Bajo la administración de Maduro, la economía colapsó y el país llegó a la hiperinflación, lo que llevó al éxodo de más de 7 millones de migrantes.

Ante la disminución de ingresos por la menor producción de crudo y las medidas punitivas de Washington, el Gobierno cambió su política económica al emplear métodos ortodoxos para tratar de controlar la inflación, con cierto éxito.

Maduro y sus aliados han celebrado lo que dicen es la resistencia del país a pesar de las medidas, y este mes dijo que la economía creció un 9% el año pasado.

Con información de Reuters


Source link