Cuando parecía que Tamara Falcó había encontrado, por fin, al hombre con el que pasar por el altar para sellar su amor, un inesperado acontecimiento de última hora ha cancelado por completo sus planes. Desde que hiciera pública su relación con Íñigo Onieva han sido muchos los rumores sobre infidelidades por parte del empresario, deslealtades a las que la marquesa de Griñón nunca le ha dado importancia. Hasta hoy.
Después de anunciar su compromiso con el ingeniero y fechar el 17 de junio de 2023 para darse el ‘sí, quiero’, un vídeo de Onieva siendo infiel a su prometida ha roto todos los esquemas. Con el corazón de nuevo libre, la hija de Isabel Preysler se enfrenta ahora a uno de los momentos más complicados de su vida, en el que tendrá que hacer frente a un nuevo desamor. Sin embargo, como ya ha manifestado en más de una ocasión, ha conseguido encontrar en la religión su refugio y en Dios el hombre con el que compartir la vida.
Tamara Falcó siempre ha sido conocida por ser hija de una de las mujeres más famosas de nuestro país. Considerada una niña pija de la lata sociedad, poco profunda, muy superficial y a la que jamás le iba a hacer falta de nada, la socialité sorprendió al mundo entero en 2011. Ese año, pasó algo que hizo dar un giro por completo a su vida: su conversión. Aunque siempre ha estado ligada al catolicismo, pues fue bautizada e iba a religión, la hija de Isabel Preysler nunca se había acercado a la fe de esta manera. Hasta ese año, en el que se encontró con el que realmente es el hombre de su vida, Dios. Una forma diferente de hacer frente a las adversidades.
El catolicismo llegó a su vida cuando su padre, Carlos Falcó, se divorció por tercera vez. En ese momento, él le pidió que acudiese con ella a la casa de campo, así que buscó un libro para entretenerse esas dos semanas. “Entré en la Casa del Libro y vi una Biblia blanca y azul con una luz iluminándola, con una palmera dibujada- mi nombre significa ‘Palmera’- y un letrero que decía: ‘Biblia didáctica’. Letra grande, papel grueso, pensé: ‘me la compro’”, ha explicado en más de una ocasión la hija de Isabel Preysler.
Y es que, la Biblia consiguió acaparar toda su atención, porque vio entre sus páginas escrita su vida: “Todo lo que me ha pasado a mí antes ya está escrito en la Biblia. Hasta ese momento yo había vivido mi vida sin libro de instrucciones, y eso es la Biblia, nuestro libro de instrucciones. Nos explica de dónde venimos, nuestro problema con el pecado, de dónde viene el dolor y nos cuenta también de dónde viene la alegría que ansiamos en nuestro corazón y cómo vivir hacia ella”.
Aunque su visión de la sexualidad ha cambiado tras convertirse al catolicismo, ella está segura que está llamada al matrimonio, pese a que los hombres que han pasado por su vida le hayan salido rana. “Cuando estaba con un chico, dejaba todo a un lado y me entregaba totalmente a él, por lo que Dios quitó todo lo que había entre Él y yo, y me llenó de otra forma. Estoy segura de que me lo va a devolver, pero bien ordenado”, confesó en una entrevista. Y es que, pese a que siempre ha sido conocida por ser la hija de Isabel Preysler y el marqués de Griñón, además de ser diseñadora, Tamara Falcó ha encontrado en Dios su mayor vocación.
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