Unos 12.45 millones de chinos tomaron el tren ayer, y habrá otros 8.3 millones hoy, con una densidad en las estaciones que no se había visto en mucho tiempo. Y en la era del 5G, las redes sociales rebosan de imágenes de esta gran migración del ‘Chunjie’, la “fiesta de la primavera”, que reúne a familias de los cuatro puntos cardinales de un país continental.
Trenes de alta velocidad en abundancia
Ya se han vendido mil 800 millones de billetes, según las autoridades ferroviarias. “Los billetes de tren son tan populares que mucha gente está optando por volver a casa en coche”, afirma eufemísticamente la Agencia de Noticias China.
Todo lo que tiene ruedas se ha movilizado: desde el ejército de motociclistas en el sur, hasta las cohortes de nuevos vehículos eléctricos chinos, sin olvidar las carreras de maletas sobre ruedas en los muelles y los vehículos pesados en el norte.
Se dice que un camionero recorrió 800 km en su camión cisterna para visitar a sus ancianos padres. Un estudiante optó por la bicicleta, no dudando en pedalear a través de dos provincias para llegar hasta su familia.
Los medios de comunicación chinos aprovechan la ocasión para destacar los progresos realizados en materia de infraestructuras. El país se ha encogido con la llegada de los trenes de alta velocidad.
Los más veteranos recordarán que antes de 2011 se tardaban más de 22 horas en ir de Pekín a Shanghái; hoy el mismo trayecto dura apenas 4.5 horas. Para 2025, China tiene previsto ampliar su red ferroviaria a 165 mil km, incluidos 50 mil km de líneas de alta velocidad.
Nueve millones de viajes
Atrás quedaron los fideos instantáneos, o al menos ya no son los únicos tentempiés que se engullen en los trenes. En algunas líneas, se puede utilizar una aplicación para que le sirvan comida en las paradas. Y si alguna vez no hay sitio en el restaurante para la cena de Nochevieja, ¡que no cunda el pánico! Las palabras clave “calentar y comer” o “cocina instantánea” encabezan los motores de búsqueda, con ricos y variados menús festivos disponibles para encargar directamente en plataformas online.
Las vacaciones del Año Nuevo Lunar duran hasta el 16 de febrero, pero las megaciudades empezaron a vaciarse el mes pasado. “El 20% de los pekineses se han marchado. Con la ralentización económica, ¿qué sentido tiene quedarse si hay menos trabajo?”, confiaba un conductor de coche de alquiler hace quince días, según informó en X un periodista de un medio de comunicación estatal.
Entre los que se quedan, los cuidadores de mascotas, en particular, trabajan duro. El aburguesamiento urbano ha disparado el número de perros y gatos en la ciudad. Una niñera de perros dice que su agenda está llena desde hace dos meses. Durante las vacaciones, las fábricas y los comercios se toman un descanso. El país se paraliza prácticamente. Un momento de comunión, con la esperanza de que el Año del Dragón traiga felicidad y prosperidad a todos.
Según el Ministerio de Transportes, se espera que durante los 40 días anuales del Año Nuevo Lunar se realice en China la cifra récord de nueve millones de desplazamientos.
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