El ansiado e íntimo regreso del Teatro Colón


El Teatro Colón es uno de los faros culturales de Buenos Aires desde hace más de un siglo. La música de Gustav Mahler guio el reencuentro con el público del mayor coliseo lírico de Argentina el viernes por la noche después del largo cierre forzado por la pandemia de coronavirus. “Estamos de regreso”, gritó con el puño en alto el emocionado director artístico de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Enrique Diemecke, antes de dirigir su batuta hacia la reducida orquesta de cámara sobre el escenario y sonreír al escuchar los “bravo” lanzados desde la platea y los palcos.

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“Es un día de fiesta”, decía María Victoria Alcaraz, directora del Teatro Colón, antes del inicio de la gala, mientras veía llegar a los asistentes. El personal del coliseo tomaba la temperatura, rociaba alcohol en las manos y recordaba al público el uso obligatorio de la mascarilla durante toda la función y la necesidad de mantener distancia. Las restricciones impuestas por la covid-19 mantuvieron clausurado el teatro durante 15 meses, a excepción de un ciclo de conciertos en homenaje a Astor Piazzolla en el centenario de su nacimiento. Las heridas de la pandemia son visibles en la sala principal, una vez todo el mundo está sentado: hay más butacas vacías que ocupadas. El aforo, mientras se mantenga la situación sanitaria excepcional, no puede superar el 50%.

La obra elegida para dar inicio a la pospuesta temporada 2021 —iba a comenzar en marzo y después en mayo— es un canto a la vida y a la trascendencia del planeta que habitamos. Mahler compuso Das Lied von der Erde (La canción de la tierra) durante unas vacaciones en 1908, cuando se reponía de un año muy difícil en lo personal, marcado por su traslado de Viena a Nueva York, la muerte de su hija mayor y el diagnóstico de una enfermedad del corazón incurable. Se estrenó de forma póstuma.

El tenor solista Gustavo López Manzitti declaró al diario Ámbito: “Cuando empezaron los ensayos y yo volví a entrar en el Colón, y observé su majestuosidad, pensé que este hermoso edificio nos va a sobrevivir a todos del mismo modo que ya sobrevivió a tantos otros. Eso es justamente lo que plantea Mahler en la obra: la belleza permanece, vuelve la primavera, aparecen otros artistas, y nosotros pasamos. Eso es La canción de la tierra”.

“Oscura es la vida y la muerte”, repite Manzitti en el primero de los cantos interpretados en la noche del estreno. La profunda angustia inicial se transforma a lo largo de los otros cinco movimientos que componen la sinfonía de Mahler para oscilar entre el dolor, la esperanza y la espera pacífica de la muerte. En la recta final de su vida, el compositor encontró consuelo e inspiración en los versos del poeta chino Li Bai, en los que prevalece la idea de que todo permanece, salvo nosotros.

La obra elegida por el Colón no fue la del amplio instrumental sinfónico imaginada por Mahler sino la versión para cámara realizada por Arnold Schönberg, con 15 instrumentistas, dirigidos por Diemecke y con la participación de la mezzosoprano Guadalupe Barrientos y Manzitti. La reducida orquesta acentuó el tono intimista de la ansiada reapertura.

Debido a las restricciones vigentes, la temporada lírica 2021 contará con óperas y conciertos de menor duración de lo habitual. “Elegimos obras que no fuesen muy largas en vez de cortarlas. Vamos a ver obras que son muy valiosas desde lo artístico, pero poco frecuentes, como La canción de la tierra, de Mahler, que vamos a hacer ahora, o Altri canti, de Monteverdi, que son tres pequeñas obras barrocas unidas”, contó Alcaraz en vísperas de la inauguración.

El regreso del Colón coincide con la progresiva reapertura de toda la actividad cultural en Buenos Aires, una de las capitales más vibrantes de América Latina. Cines, teatros y salas de música han comenzado a levantar el telón con la esperanza de no tener que bajarlo de nuevo por la llegada de una nueva ola del coronavirus. El prolongado cierre ha dejado la cultura malherida, pero los argentinos se aferran a su experiencia en crisis para adaptarse a las nuevas exigencias y volver a ponerse en pie.


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