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El arzobispo de Pamplona, sobre los abusos a menores: “Mi corazón se duele y llora. Pido perdón”

“Mi corazón se duele y llora. Pido perdón”. El arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez, se ha disculpado por el manto de silencio que la institución que dirige en Navarra ha extendido durante décadas sobre los religiosos pedófilos. Primero se ha referido solo a las víctimas de abusos sexuales cometidos por parte del que fuera fundador y primer director del colegio El Puy de Estella-Lizarra, José San Julián (ya fallecido), que ejerció dicho cargo en el centro entre 1960 y 1973, y que han sido objeto de estudio por una comisión que él mismo autorizó para investigar los hechos. Pero después, en el turno de preguntas, ha acabado pidiendo perdón a todas las víctimas de abusos sexuales causadas por religiosos.

Lo ha hecho tras varias intervenciones de periodistas que le recordaban la existencia de más de una treintena de casos de denuncias de abusos contra otros religiosos igualmente pedófilos, pero pertenecientes a órdenes sobre las que el arzobispado no tiene mando directo, como los maristas, los jesuitas, los salesianos, los ursulinas o los Padres Reparadores. San Julián, sin embargo, desempeñaba su labor para la diócesis de Pamplona y, por tanto, el arzobispado pudo haber tenido conocimiento histórico sobre su trayectoria delictiva.

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Acompañado de la directora de la comisión de investigación y secretaria general de Cáritas, Maite Quintana, y de Alfredo Irujo, miembro también de la comisión, Francisco Pérez no ha querido reconocer que la Iglesia como institución, y él como su máximo representante en la comunidad foral, tienen “una deuda moral” con toda la sociedad navarra por todos los casos de abusos, aunque al final sí ha respondido, de forma genérica, que “siempre hay una responsabilidad, pero no solo en la jerarquía” eclesiástica. “Ahora estamos dando una respuesta a la sociedad”, ha argumentado, tras reconocer que llegan “tarde” y tratar de dejar claro en el informe de la comisión que “no se puede llegar a establecer, desgraciadamente, la culpabilidad” de nadie “desde un ámbito penal”. Pérez ha lamentado que “si existieron indicios de abusos físicos o de índole sexual, debieron investigarse” en aquellos años del franquismo, cuando se produjeron. Muchos otros alumnos que no los sufrieron, pero compartieron pupitre con las víctimas, han corroborado que los abusos eran “vox populi” en aquel centro de Estella.

Varias víctimas denunciantes se reunieron el pasado miércoles con la responsable de la comisión, pero no será hasta este jueves cuando conozcan en profundidad las conclusiones del informe. El presidente de la Asociación Navarra de Abusos, Jesús Zudaire, cree que “el perdón ofrecido por el obispo se queda corto a todas luces”. “Debería de pedir perdón de forma solemne, sin medias tintas y no solo a unas víctimas, sino a todas, debería investigar a fondo en el resto de centros implicados”, ha explicado tras leer en los diarios digitales, y escuchar y ver en los informativos de radio y de televisión, la comparecencia del Obispo de Pamplona en la sede del Arzobispado.

Las denuncias de los ocho exalumnos del Puy de Estella se produjeron hace dos años, también ante la Guardia Civil y la Policía Foral, y no fue hasta 2020 cuando el arzobispado comenzó a investigarlas. “Queremos seguir adelante”, ha dicho el arzobispo, “y limpiar todo esto”. “Quedan pasos por dar, pero puedo asegurar que estamos en el camino de darlos”, ha asegurado.

El arzobispado puso en marcha en febrero de 2020 la llamada Comisión de Protección de Menores y Personas Vulnerables, atendida por un equipo multidisciplinar, bajo la dirección de la abogada Maite Quintana, y de la que también forman parte el médico psiquiatra Manuel Martín y el abogado Miguel Barrio. Tras haberse entrevistado con las víctimas y haber estudiado los archivos, tanto del propio arzobispado como del colegio implicado, la comisión ha dado credibilidad a los testimonios de los denunciantes. También asegura, en la primera de sus conclusiones, al igual que el arzobispo, que “no resulta posible establecer culpabilidades fuera del proceso penal”, pero concluye que “los denunciantes, presuntas víctimas, merecen a juicio de este equipo una disculpa por parte de la institución titular del colegio, al menos en lo que se refiere a su responsabilidad in vigilando”.

En el momento en el que se denunciaron los abusos en El Puy, el Arzobispado de Pamplona y Tudela afirmó mantener el “impulso decidido” del papa Francisco para la erradicación de los abusos sexuales en el seno de la Iglesia y el compromiso con la “tolerancia cero” ante esta “lacra” social. El arzobispado dijo entonces que no había recibido ninguna notificación sobre los supuestos abusos sexuales en el colegio católico de Estella. Agregó, sobre el sacerdote acusado que sirvió en esa ciudad, que falleció hace 25 años, por lo que “resulta imposible conocer contexto y alcance de los hechos denunciados, ni comprobar su veracidad”. Dos años después, ha pedido perdón.

Si conoce algún caso de abusos sexuales que no haya visto la luz, escríbanos con su denuncia a abusos@elpais.es


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