El candidato de Soria ¡Ya!, Ángel Ceña, en el acto de pegada de carteles al inicio de la campaña electoral, el 28 de enero en Arenillas.Wifredo Garcia Alvaro (EFE)
A seis días de las elecciones en Castilla y León, aumentan las incertidumbres sobre el futuro Gobierno. Los últimos sondeos publicados —entre ellos el de 40dB. para EL PAÍS y el del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), ambos este lunes— apuntan a un desgaste del PP y a un crecimiento de Vox y de las candidaturas localistas y de España Vaciada. Estos estudios sobre intención de voto han multiplicado las incógnitas sobre el resultado del 13 de febrero. Lo que parecía un camino de rosas para el PP se ha complicado y ahora se dibuja un final más incierto. Las plataformas localistas son una de las claves, porque han cobrado fuerza en la recta final de campaña. Han pasado de lograr en 2019 el 6% de los votos y dos escaños (uno de Unión por el Pueblo Leonés y otro de Por Ávila) a una proyección demoscópica de un 15% y hasta seis asientos más, según 40dB. y el CIS. El problema que presentan para el PP es que si sus procuradores tuvieran la llave, la moneda podría caer de cualquier lado.
Estas plataformas soslayan la ideología frente a la defensa de sus territorios, así que la incógnita en caso de empate es si entregarían el poder de la Junta a la izquierda o lo mantendrían en manos de la derecha. El PP transmite preocupación por el auge de estas marcas, que amenazan la mayoría que buscaba Alfonso Fernández Mañueco cuando pulsó el botón del adelanto electoral. El candidato del PP reveló este lunes su inquietud ante estas candidaturas lanzando contra ellas un agresivo ataque. “Los localismos en Castilla y León son como los separatistas en España”, criticó Mañueco en un acto de campaña en Arévalo (Ávila). “Generan inestabilidad, incertidumbre e ineficacia”, censuró el candidato, complicándose a sí mismo las posibilidades de pacto tras el 13 de febrero.
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La paradoja es que no es el PP, según el estudio de 40dB., el más perjudicado en el trasvase de votos hacia la España Vaciada. El electorado de estas marcas es bastante transversal, pero el que más sufre por su irrupción es Ciudadanos. Hasta el 35% de los votantes de las plataformas localistas provienen del partido que lidera en Castilla y León Francisco Igea, lo que indirectamente afecta al PP, porque puede llevarse menos del jugoso pastel naranja, una bolsa de 200.000 votantes y 13 escaños en 2019 que ahora buscan nuevo destino, según los sondeos. Le sigue el PSOE, de donde procede el 23% de los votantes de las candidaturas de la España Vaciada, y después el PP, que se deja el 10% de su electorado. Todos pierden, aunque unos más que otros, con el nuevo cantonalismo que tiene en Castilla y León el escenario perfecto para prender por el problema de la despoblación y la sensación de abandono.
El fenómeno no es nuevo en este territorio, donde existen marcas localistas como Unión del Pueblo Leonés (UPL) desde 1986 y que cuentan con representación en las Cortes desde 1995. En la estimación del CIS y de 40dB., UPL, que ahora tiene un representante en las Cortes, sube hasta los tres escaños. Lo mismo Por Ávila, que es una escisión del PP y tiene un procurador, que el instituto público eleva hasta dos. A Vía Burgalesa, una candidatura nueva, 40dB. le otorga hasta dos escaños. Pero el caso más destacado es el de la candidatura de Soria ¡Ya!, que se presenta por primera vez a las elecciones y está en condiciones de ser primera fuerza en la provincia, según los sondeos, con hasta tres procuradores. En su caso, la mitad de sus votantes proviene del PSOE y solo el 12,6% del PP.
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Los dos grandes partidos miran con preocupación el auge de estas marcas, que han agitado el tablero de una comunidad donde la derecha gobierna desde hace 35 años. No obstante, Andrés Medina, director general de Metroscopia, considera que el principal peligro es para los socialistas, porque gran parte de sus votantes proceden de esos espacios políticos, y por eso “deben tratar de convencer a su electorado potencial de que tienen opciones de gobernar”. La “tentación soriana”, apunta Medina, se resume en una idea que puede prender entre sus potenciales votantes: “Ya que mi partido no va a ganar, al menos que gane mi provincia”. Ahora bien, el investigador también señala que en el caso de la derecha, “no hay que perder de vista que estas plataformas van a ser un gran receptor de votos de Ciudadanos que no quieren ir a PP”.
La pregunta, después de que se llenen las urnas, es de qué lado caerán estos escaños si son decisivos para la gobernabilidad.
La Unión del Pueblo Leonés, por ejemplo, ha suscrito acuerdos con el PP, que gobierna desde 1987 en la comunidad, y también con el PSOE en el ámbito local. Con el Gobierno de Mañueco, al igual que hizo Por Ávila, pactó una reestructuración sanitaria de la Atención Primaria hace unos meses, mientras que con los socialistas gobierna la Diputación de León desde 2019, y tiene pactos en varios ayuntamientos de la provincia. El único procurador de UPL, Luis Mariano Santos, sostiene que los posibles pactos tras el 13 de febrero dependerán del rendimiento que pueda obtener León a cambio. Por Ávila es ideológicamente próxima al PP, pero sus relaciones se han enturbiado después de que Mañueco utilizara a esta formación local y a su diputado en el Parlamento, Pedro Pascual, como excusa para el adelanto electoral, alegando que existía una supuesta alianza en su contra de este partido y Ciudadanos en la negociación de los Presupuestos.
Las nuevas formaciones de la España Vaciada, que tienen a Soria ¡Ya! como principal exponente, sostienen, por su parte, que sus acuerdos van a depender de las prestaciones que puedan obtener para sus provincias. El candidato soriano, Ángel Ceña, afirma que su ideología “es Soria” y que podrán pactar tanto con el PP como con el PSOE.
La campaña se adentra en la recta final y al PP cada vez le aparecen más obstáculos, aunque la mayoría de los expertos sigue apostando por una victoria de la derecha. “El PP arrancó en enero muy fuerte, pero ahora una izquierda que estaba desmovilizada está más animada. El PP ganará y necesitará a Vox”, apunta Narciso Michavila, director de Gad3. En el cuartel general de los populares, los que más se juegan con el adelanto, aguantan el aliento. “No se nos pasa por la cabeza perder las elecciones, el peor escenario es tener que pactar con Vox”, sostienen en el PP. Faltan seis días para despejar las nieblas.
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