El Banco Internacional de Pagos, el llamado banco central de los bancos centrales, alerta de una recuperación económica “frágil e incompleta”. En su informe trimestral sobre los mercados financieros, señala que en general las Bolsas y los mercados de deuda se han separado de las tendencias de fondo de la economía. Aunque parece evidente que el hundimiento de la actividad se ha detenido, el consenso de los expertos apunta que es improbable una vuelta a las tasas de crecimiento anteriores a la crisis, dice. Y ello a pesar de que esas tasas ya eran bastante bajas en los últimos años.
El Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) descarta que se vaya a volver pronto a los ritmos de crecimiento que había antes de la crisis desencadenada por la pandemia. En su informe publicado este lunes, recuerda que los mercados financieros han subido con fuerza entre julio y comienzos de septiembre impulsados por los estímulos monetarios de los bancos centrales y los fiscales de los Gobiernos.
Sin embargo, la institución radicada en Basilea advierte de que los precios de los activos de riesgo podrían estar “desconectándose” de unas perspectivas económicas tenues. En los mercados de crédito, las primas de riesgo se han comprimido hasta cotas muy bajas a pesar de la evidencia de que se está deteriorando la solvencia de los endeudados, afirma.
“Hay claras señales de valoraciones históricamente altas en las Bolsas y los mercados de deuda corporativa”, recalca. Y apunta que los principales índices bursátiles de Estados Unidos y China superaron en agosto los ya elevados niveles previos a la covid-19. Si bien estas ganancias se han limitado a un número concentrado de empresas, en especial tecnológicas y de atención sanitaria. Lo que, según el BIS, hace pensar que posiblemente reflejan cambios estructurales propiciados por la pandemia. No obstante, cabe matizar que estos fenómenos han ocurrido en menor medida en Europa y mucho menos en España, donde por supuesto hay menos empresas tecnológicas.
A grandes rasgos cotizan mucho peor que antes del coronavirus el sector financiero, muy lastrado por las dudas sobre su rentabilidad y la morosidad, el energético y el inmobiliario.
La institución también hace hincapié en que se ha producido una elevada emisión de deuda empresarial, sobre todo entre aquellas compañías con grado de inversión, en parte por motivos de precaución para intentar acumular liquidez. Y advierte de que ha engordado mucho la deuda de empresas que ya soportaban altos niveles de endeudamiento.
En agosto, los inversores interpretaron que la Reserva Federal mantendrá una política acomodaticia durante más tiempo. Entre junio y principios de septiembre, los tipos de interés y la volatilidad se redujeron todavía más, dando gasolina para las alzas de los activos de riesgo. Y esa rápida caída de los intereses en Estados Unidos erosionó la rentabilidad de los activos en dólares. El billete verde se depreció más agudamente contra el euro al coordinarse una respuesta más cohesionada de la Unión Europea, explica el organismo.
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