La celebración del voto de censura contra el presidente Josep Maria Bartomeu y su junta directiva sigue adelante, prevista para los días 1 y 2 de noviembre. Así lo dictamina la Generalitat, que, sin embargo, le exige al Barça que mejore el protocolo y extreme las medidas para que se celebre con la mayor de las seguridades, ahora que hay un nuevo rebrote de la pandemia de la covid-19 en Cataluña. Eso se refleja después de la reunión telemática que mantuvieron ayer el Departamento de Salud, Interior y la Secretaria General de l’Esport con el Barcelona. “Se han revisado los protocolos a seguir”, explican en la directiva; “seguiremos con reuniones técnicas”.
La Generalitat ha solicitado, además, que amplíe las sedes por el territorio catalán, ya que entiende que el voto de censura es un derecho democrático y, por lo tanto, se debe celebrar. Hasta ahora, el protocolo contemplaba un plan de voto descentralizado con 13 sedes repartidas por Cataluña, otras siete en el resto de España (Madrid, Valencia, Sevilla, Zaragoza, Bilbao, Santiago y Palma de Mallorca) y una última en Andorra. Y, aunque levante ampollas en la directiva, también los hay que comprenden que es la medida correcta para acabar el proceso y no alargar la indefinición. Del mismo modo, el club también explica que no tiene demasiado tiempo para poder hacer muchos cambios en el protocolo.
Con 20.687 firmas validadas, muy por encima de las 16.520 exigidas, el presidente Bartomeu reunirá a la junta el próximo lunes. La cuestión que planteará es si prefieren afrontar en bloque los comicios y defender su gestión o, por el contrario, desean dimitir frente al desgaste institucional y dejar paso a una comisión gestora como ocurriera en 2015.
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