David Beckham no tiene reparos en dejar claro que sus gustos culinarios distan mucho de los de su mujer, Victoria. Después de que la semana pasada desvelase en el podcast River Cafe Table 4 que la ex Spice Girl lleva prácticamente 25 años comiendo solo “pescado a la plancha y verduras al vapor”, en la segunda parte de la entrevista, el que fue capitán de la selección inglesa ha asegurado que la comida que realmente le reconforta es un “paquete de patatas fritas con sal y vinagre” y “quizá, un sándwich tostado de baked beans [judías blancas cocinadas en salsa de tomate]”.
La elección no deja de ser sorprendente en un personaje con acceso a los mejores restaurantes del mundo, pero además Beckham ha querido detallar cómo prepara su bocado favorito. “Pongo un poco de mantequilla por fuera para que no se pegue. Pongo los frijoles horneados y lo tuesto durante cuatro o cinco minutos”, asegura, no sin antes aclarar que no añade queso. “Eso y un paquete de Discos [una marca de snacks]. Soy más de algo crujiente que de chocolate”, puntualiza.
No es la primera vez que Beckham hace gala de su gusto por la comida y la cocina. Hace apenas una semana, el exjugador publicaba en su cuenta de Instagram un vídeo en el que se le podía ver preparando una nueve receta en la cocina del chef Gordom Ramsay: pescado mandarín agridulce. Una forma de conmemorar el nuevo año chino, según señaló, y cuyo resultado le hizo orgulloso.
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Pero además de apreciar un buen plato, ya sea una receta de un chef con estrellas Michelin o un frugal sándwich, el centrocampista se declara amante de la carne, tanto, que aprovechando una ausencia reciente de su esposa e hijos, no dudó en encender la barbacoa y comerse dos piezas “increíbles”. “Uno era un T-bone y tomé un poco de wagyu inglés. Me serví una copa del vino tinto más increíble. Me di ese gusto porque estaba solo y con ganas de ver el fútbol por la tarde”, desveló en el capítulo anterior del podcast anteriormente citado.
La actitud hedonista de David con la comida contrasta con la reestrictiva dieta que sigue su esposa, Victoria. Según afirmó él mismo, la empresaria “No come carne ni lácteos y en sus platos no hay rastro de aceite, salsas y mantequilla” y rara vez se salta estas normas. “La única vez que probablemente compartió algo que estaba en mi plato fue cuando estaba embarazada de Harper y fue lo más increíble. Fue una de mis veladas favoritas. No recuerdo qué era, pero sé que no lo ha comido desde entonces”, aseguró.
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