El trabajo de toda enfermera consiste en cuidar de sus pacientes. Esta profesión que inicialmente es vocacional se ha trasformado en los últimos años, en una forma de conseguir un trabajo rápidamente, con un buen sueldo y un horario por turnos que permite conciliar la vida familiar y profesional. Pese a estar sometidas a cierta precariedad, es una apuesta segura que esta joven americana decidió emprender. Se hizo enfermera y acabó sus estudios justo con el inicio de la pandemia. Para una persona de poco más de veinte años que no ha trabajado nunca, todas las grandezas de su empleo soñado se vinieron abajo. Ante una situación de emergencia, en un país como Estados Unidos, donde los hábitos saludables brillan por su ausencia, la imagen de esta joven rápidamente se ha convertido en viral. El antes y el después de su jornada laboral durante estos meses.
Tras meses de lucha contra el Covid-19 esta enfermera se hace una foto viral
How it started How it’s going pic.twitter.com/cg32Tu7v0B
— kathedrals🇺🇸 (@kathryniveyy) November 22, 2020
Los sanitarios parece que tienen un papel clave en una pandemia en la que todos estamos expuestos. Son unos profesionales, que al igual que la cajera del supermercado de la esquina o el policía que realiza controles de velocidad, han seguido trabajando durante estos meses. No han podido hacerlo los dueños de algunos negocios que han tenido que cerrar por culpa de las medidas sanitarias. Ni tampoco hay reconocimiento a las madres que han estado en casa cuidando de su familia, encerradas durante meses al pie del cañón.
Todo el protagonismo se lo llevan los médicos y enfermeras que por su profesión están en primera línea de fuego. Es algo que han elegido y que va con el título, no solo el sueldo, también sus tareas. De igual forma que un bombero se juega la vida para salvar a un hombre o mujer en medio de un incendio y no decide hacerse ninguna foto después. Esta joven veinteañera decidió hacerlo, comparó una foto de cuando era enfermera recién titulada a una actual, con la mirada puesta a una serie de problemas a los que se enfrenta día tras día.
El hecho de tener que llevar un EPI. Un traje especial de protección, no muy distinto del que lleva un profesional de la soldadura, por ejemplo, con la diferencia de que, en este caso, las temperaturas a las que se enfrenta son menores. La enfermera muestra las señales de esta lucha diaria a la que se enfrenta. La pandemia ha hecho que algunas alas de hospitales se llenen de pacientes con coronavirus y otras dolencias. Esta lucha que puede llegar a ser constante se ha convertido en el pan de cada día de enfermeras y médicos que trabajan en estos lugares.
El coronavirus ha cambiado por completo la forma de ver a los enfermos, la enfermera dice que las muertes serían evitables, pero no pide más recursos para la sanidad, el peso de sus palabras recae en una posible defensa de cada ser humano. Algo que difícilmente se produce, ante un virus del que poco se sabe. Los científicos cambian de opinión o de estudios a la misma velocidad que lo hace el viento. Los niños eran contagiadores, pero ahora parece que no, la inmunidad era temporal, ahora parece que dura años y así, como esta enfermera, durante estos meses el mundo vive sumido en un caos total.
Estados Unidos es uno de los lugares del mundo que peor cifra registra de muertos por coronavirus. Con una sanidad ligada a los seguros y un estilo de vida que está considerado entre los peores del mundo, se ha empezado a ver en esta pandemia de donde está fallando. Hay muchos puntos que siguen quedando ocultos o no están del todo claros. En las enfermedades que afectan a personas, hay algunos factores que influyen y que dejan a un lado uno de los aspectos que deberían ser el centro de toda preocupación, el propio ser humano.
El ser o la variable humanos se pierde en una pandemia, donde solo importa el ego. No hay profesiones mejores o peores, personas que sufren más o menos. En esta pandemia, todos sufrimos las consecuencias. Las enfermeras que están a primera línea y el dueño de un restaurante con 3 hijos que lleva semanas sin facturar lo que sería propio por estas fechas. La cajera de supermercado que ha atendido a la gente sin confinarse, teniendo a su familia en casa.
Todos somos víctimas de una pandemia. En esta imagen solo hay una parte implicada, pero faltan muchas más. Imágenes en el espejo de esas personas que han visto como su salud se deterioraba por no poder salir a la calle o no relacionarse con sus amistades, aquellos padres y madres que han estado atendiendo a los suyos, cuidadores y maestros. Si nos hubiéramos hecho una foto al inicio de todo esto y durante el confinamiento o toque de queda, quizás la imagen viral de esta enfermera no sería tan popular, habría otras caras de esta pandemia, que, en definitiva, es de todos.