El Castillo de San Ramón se ha convertido en la sensación de internet

Las redes sociales están tan integradas en nuestras vidas que ya no es raro que la gente las utilice para todo: desde compartir sus fotografías hasta buscar información, mantener el contacto con personas que viven lejos e incluso para vender sus cosas. Y si lo hacen las personas, ¿por qué no iban a poder hacerlo las empresas? Esta práctica es bastante habitual, aunque no lo es tanto que sea utilizada por una inmobiliaria de lujo para anunciar que un castillo del siglo XVIII está a la venta. Por eso no nos extraña que el Castillo de San Ramón esté en boca de todos desde hace unos días.

«Dos salones, cocina, patio con acceso a piscina, aljibe árabe y batería de cuatro cañones para posibles, aunque poco probables, ataques piráticos». Con este simpático anuncio la boutique inmobiliaria de lujo Bernardó daba a conocer a sus seguidores de Twitter, Facebook, Instagram y YouTube que el Castillo de San Ramón, declarado Bien de Interés Cultural, está disponible para cualquier interesado con algo más de tres millones de euros en el bolsillo (3.300.000 euros).

El Castillo de San Ramón es una propiedad de 740 metros cuadrados situada en pleno parque natural de Cabo de Gata. Concretamente en el Playazo de Rodalquilar en una parcela de 74.381 metros cuadrados junto a la que en el siglo XVIII se llamaba Playa de los Castillejos. Allí se sitúa una batería para cuatro cañones que vigila el litoral comprendido entre el Cerrico Romero y la Cala de San Pedro, con cuya fortaleza cruzaba el fuego de su artillería.

“Su origen se remonta al reglamento de 1764 que ordenó su construcción. Está batería fue proyectada por José Crame, y construida por orden de Carlos III. Se edificó en el siglo XVIII para proteger al pequeño puerto cercano a la torre vigía de Los Alumbres (siglo XVI), que servía para controlar las posibles invasiones hacia las minas de plomo y oro de la localidad. Su estado de conservación es bueno y es de propiedad privada”, se detalla en el anuncio. “El castillo actualmente consta de dos salones, uno de ellos con acceso a la cocina y el otro con acceso a la zona de piscina interior. Dispone de cinco dormitorios en suite y un antiguo almacén que se le puede dar diferentes usos”.

Una propiedad única “en el lugar más exclusivo que uno pueda soñar” a la que seguro le habrá salido algún comprador gracias al ingenio de la inmobiliaria Bernardó de publicitarla en internet.


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