Ahora que está a punto de comenzar el otoño, seguro que en esta estación te apetece hacer una escapada con tu familia para desconectar de la rutina y pasar tiempo de calidad juntos. Pues bien, hay un castillo escondido en mitad de un bosque que es ideal para visitar en otoño. Un lugar lleno de magia y de misterio que no te dejará indiferente.
El castillo del Bosque Encantado
En los años 60 los Condes de Canalejas construyeron un pazo bautizado con el nombre de Casa Torre de Aldán en la Finca do Frendoal, que recibe el sobrenombre de Bosque Encantado. En aquel entonces, el pazo era utilizado por los amigos y familiares de los Condes de Canalejas como lugar de descanso y para la caza.
Sin embargo, años después la construcción de una carretera dividió la finca, que finalmente fue donada de forma temporal al concello de Cangas. Todas las construcciones del Bosque Encantado se encuentran en estado de abandono, así que la naturaleza se ha apropiado de ellas.
El castillo es el edificio más importante. Se empezó a construir en los años 60 junto con el pazo, aunque nunca se terminó. A pesar de pertenecer a la segunda mitad del siglo XX, es de estilo medieval. Únicamente tiene la fachada, un pequeño foso con un puente levadizo y alguna estancia.
¡Y todavía hay más! Porque la Finca do Frendoal también cuenta con un acueducto medieval construido en el Imperio Romano. Es el Arco dos Mouros, y el Conde de Canalejas se encargó de restaurarlo. Aunque tenía dos grandes arcos para salvar el desnivel entre la parte alta y baja de la finca, uno de ellos fue derribado durante la construcción de la carretera.
Y, por último, la finca cuenta con varios bancos de piedra, algunos de los cuales fueron construidos con un sarcófago medieval. Justo al lado, se conservan los restos de los conocidos como Jardines Históricos.
Cómo llegar
Sin lugar a dudas, el castillo del Bosque Encantando es una visita que merece 100% la pena para hacer en otoño. Un lugar mágico y misterioso que te sumergirá en una burbuja temporal.
El acceso se encuentra en el kilómetro 109 de la carretera PO-315. Muy cerca de la finca hay un aparcamiento público donde puedes dejar el coche. Luego continúa el cauce del río Orxas hasta llegar al acueducto.
¿Se te ocurre un mejor plan para disfrutar del otoño que visitar un castillo abandonado en mitad de los bosques gallegos?
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