No hubo paz en Puertollano. En esta localidad de Ciudad Real se encontraron este sábado los protagonistas de la guerra interna en el PP para acudir al congreso de los populares de Castilla-La Mancha, que quedó eclipsado por la pugna orgánica. Y más allá de las apelaciones a la unidad del secretario general, Teodoro García Egea, el cónclave demostró que las espadas siguen en alto. Y que el conflicto va a peor, cada vez más enquistado y sin ningún viso de acuerdo. Al contrario, las declaraciones de Isabel Díaz Ayuso a su llegada a Puertollano, donde reclamó a la dirección que “la democracia interna, que también hace falta, llegue al partido en Madrid”, aumentaron el malestar en la cúpula. El enfado es tal que en Génova están estudiando todas las opciones para evitar que Ayuso se haga con el control del PP de Madrid.
La decisión es difícil porque la presidenta madrileña sigue causando furor entre las bases del PP. En Puertollano fue recibida entre aplausos y vítores. “¡Viva Ayuso! ¡Presidenta!”, corearon los militantes populares a su llegada a la antigua central térmica en la que el PP se reunió para el cónclave. Consciente de su fuerza, la líder madrileña no bajó el pistón y exigió a Génova que adelante el congreso del partido para tomar el control del PP de Madrid, a pesar de que la dirección prefiere posponerlo al próximo mes de mayo o junio. “Me gustaría que fuera pronto para evitar el desgaste”, emplazó ella.
El conflicto está lejos de solucionarse, y en su lugar, camina en dirección al choque de trenes. Ayuso no rehuyó hablar de la pugna, a preguntas de los periodistas, y volvió a acaparar los focos y las atenciones, como en cada evento que se celebra del PP. Y ello a pesar de que la organización le había reservado un papel diluido en una mesa redonda junto al resto de barones y de presidentes regionales del partido, con 10 intervinientes en total. Fue recibida con una ovación en pie cuando se levantó para pronunciar su discurso, en el que no citó a Pablo Casado y se dedicó a confrontar con el PSOE y Pedro Sánchez en términos absolutos. “No hay socialismo bueno”, llegó a decir. El socialismo, según Ayuso, se caracteriza por “el autoritarismo, la división y el reparto de la miseria”. “Desde la dictadura no hemos tenido un Gobierno tan autoritario como el de Pedro Sánchez”, se despachó la presidenta.
El PP llegaba al congreso de Puertollano tras dos semanas de incendio interno en una guerra que ha ido demasiado lejos en opinión de la mayoría de dirigentes. En el partido se extiende la interpretación de que a estas alturas ya no hay salida buena para nadie. El embate lanzado por Ayuso ha descolocado a la cúpula, cuya decisión de momento pasa solo por ganar tiempo mientras valora todas las posibilidades para que la presidenta de Madrid no se haga con el control del partido. Entre estas, según fuentes próximas a la dirección nacional, existe la posibilidad de que no se celebre el congreso del PP madrileño, porque Génova tome el control del partido a través de una gestora (ahora mismo hay una dirección provisional, que técnicamente no es una gestora) que se prolongue en el tiempo apelando al interés general de la formación.
La cúpula valora también tratar de ganar a Ayuso en el congreso aupando al alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, a presentarse contra ella con el apoyo del aparato, y también contempla “que pase algo que impida a la presidenta presentarse” al congreso, aunque no se desvela qué. Dirigentes de peso próximos a la dirección se pronuncian de forma contundente sobre la necesidad de apartar a Ayuso del control orgánico, aunque eso implique prescindir de uno de los principales valores del partido. “A veces hay que tirar las maletas por la borda para que no se estrelle el avión”, ejemplifican estas fuentes.
Los presidentes autonómicos piden un acuerdo entre Pablo Casado y Ayuso, pero en Génova reconocen que no hay visos de pacto. “No estamos en el escenario de un acuerdo”, admiten fuentes de la cúpula. La dirección reconoce que el líder del PP está muy disgustado con la presidenta madrileña, lo que impide una componenda. Que las relaciones con Génova están rotas lo demostró que el secretario general del PP, Teodoro García Egea, se marchó de Puertollano después de comer para evitar coincidir con Ayuso, que intervenía por la tarde. En su discurso en el congreso, el número dos del PP instó a la unidad en torno a Casado como “la única forma de ganar a Pedro Sánchez”, en una referencia que se podía leer dirigida a la presidenta de Madrid, a quien la dirección nacional reprocha haber provocado la crisis. En Puertollano no solo no hubo paz, sino que se dio un paso más hacia la guerra.
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