El consejero de Interior de la Generalitat, Miquel Sàmper, ha señalado este lunes a las juventudes de la CUP como uno de los colectivos que alientan la violencia en las manifestaciones por la libertad de Pablo Hasél en Cataluña. En una entrevista en la Cadena SER, Sàmper ha afirmado que los jóvenes ligados al partido anticapitalista fomentan los graves incidentes que desde hace nueve días se repiten en las protestas en Barcelona, junto a otros grupos como “el comunismo combativo” y las “células anarquistas”.
Preguntado por si la CUP, que no ha condenado la violencia desatada en Cataluña, es un “interlocutor válido” para la formación del próximo Govern, Sàmper —designado por Junts per Catalunya— se ha desmarcado de las negociaciones. “Soy consejero de Interior y desconozco las pretensiones de unos y otros. Pero ninguna formación debería no condenar la violencia”, ha advertido en un momento político clave. La CUP mantiene conversaciones con Esquerra Republicana (el partido independentista más votado el pasado 14-F) y con Junts per Catalunya para la formación del Govern. De hecho, la líder de la CUP, Dolors Sabater, ha asegurado esta mañana en TV3 que ERC muestra “buena predisposición” para aceptar que la Brimo (la Brigada Móvil, la unidad antidisturbios de los Mossos d’Esquadra) no vaya a los desahucios, una moratoria en el uso de las balas de foam y para que la Generalitat se retire de las acusaciones contra activistas.
Una de las exigencias de la CUP para dar apoyo al Ejecutivo es disolver la Brigada Móvil, algo que Sàmper ve inviable. Los anticapitalistas piden, en todo caso, revisar el modelo de orden público de la policía autonómica y se muestran muy críticos con la actuación policial: en la segunda noche de disturbios, una manifestante perdió un ojo por el impacto, presuntamente, de un proyectil de foam (una espuma viscoelástica que se usa en lugar de las antiguas pelotas de goma). De hecho, en la entrevista con TV3 Sabater ha puesto el acento de nuevo en la actuación policial y no en los incidentes. “Las malas praxis y abusos están documentadísimos y en cambio no hay la persecución que ha de haber”.
“Las balas de foam y el gas pimienta están permitidos. Si no estamos contentos con este sistema, que sea el Parlament quien decida el modelo”, ha afirmado el consejero Sàmper, que ha pedido apartar a los Mossos d’Esquadra del centro del debate en un momento político y social complicado, con las protestas en la calle aún vivas y con un Govern en funciones. Los sindicatos policiales exigen el apoyo sin fisuras de la administración. Este mediodía, el Departamento de Interior y el Ayuntamiento de Barcelona se reúnen de urgencia para abordar la crisis.
En otra entrevista concedida a la emisora Onda Cero, Sàmper denunció la violencia “desmedida y desbocada” de los disturbios durante “dos semanas fatídicas”. El consejero lamentó que no haya habido “mensajes lo suficientemente claros” contra la violencia, pero advirtió de que la posibilidad de causar daños personales es una línea roja.
Sàmper ha asegurado que los Mossos trabajan para garantizar el orden público, pero ha matizado que en ocasiones es complejo lograrlo. Y ha puesto como ejemplos el asalto al Capitolio de los Estados Unidos -custodiado por “el mejor ejército y la mejor policía del mundo”- y de las manifestaciones de los chalecos amarillos en Francia. “Cuando las cosas van torcidas… No existe cuerpo alguno que pueda garantizar el orden público. No tenemos la bolita mágica”.
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