El coronavirus esconde muchos misterios que científicos de todo el mundo van descubriendo poco a poco. En los últimos días un equipo de investigadores franceses ha hallado altos niveles del SARS-CoV-2en las alcantarillas de París que preceden a los brotes de contagio que han tenido lugar en la capital de Francia.
No se trata del primer estudio que demuestra la gran capacidad de supervivencia del coronavirus en las alcantarillas, pero sí uno de los más relevantes. La razón es que establece una relación directa entre el incremento en los niveles del virus y los nuevos brotes.
Sébastien Wurtzer, un prestigioso virólogo, explica que desde hace algunos años la comunidad científica conoce que los sistemas de alcantarillado aportan datos de brotes prácticamente en tiempo real. La razón es que de manera continuada recolectan tanto heces como orina que pueden contener el coronavirus de pacientes infectados.
Cuando es excretado del cuerpo humano, el virus se degrada a gran velocidad. A pesar de ello, los científicos han hallado algunos casos de virus infecciosos en las heces. A esto hay que sumar que cuanto mayor es la concentración de virus en las aguas residuales, aumenta el número de personas infectadas.
En París los investigadores han analizado un conjunto de muestras de agua del sistema de alcantarillado de la ciudad durante 30 días. Las conclusiones son claras: detectaron un incremento radical de las concentraciones virales en las aguas poco tiempo antes de que el número de pacientes contagiados por coronavirus aumentase de forma exponencial.
Por lo tanto, consideran que analizar las aguas residuales podría ser una herramienta económica y fácilmente accesible para predecir una segunda ola de contagios.
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