La reina Isabel II, que ha fallecido este jueves 8 de septiembre, acostumbraba a lucir llamativos trajes de colores que no dejaban indiferente a nadie. Su estilo a la hora de vestir era muy concreto. Cuando acudía a un acto público, nunca abandonaba sus sombreros a conjunto de sus elegantes ‘outfits’.
Según medios internacionales, la monarca lo hacía para destacar en todos los eventos a los que acudía y que sus súbditos en todo momento supiesen dónde se encontraba situada en cada momento.
Sin embargo, el motivo principal por el que la reina Isabel eligiera colores estridentes para vestir sería para que los guardas reales que le acompañaban siempre pudiesen identificarla con facilidad y poder protegerle de cualquier posible amenaza.
Con el paso de los años, su particular manera de vestir se convirtió en una de sus señas de identidad que han dado la vuelta al mundo. Sin duda, la reina Isabel pasará a la historia como una de las mujeres más poderosas, más admiradas y más respetadas en todo el mundo.