En el limbo en el que se encuentra el Deportivo hay pocas certezas. “Esperamos una resolución inmediata. No se pueden retrasar las decisiones para que esto quede en nada”, apunta el presidente Fernando Vidal. El club gallego espera bien a través de un descenso administrativo del Fuenlabrada, bien a través de una Liga de 24, eludir la caída a Segunda B.
“Nadie se ha parado a sentarse, dialogar y buscar la mejor solución”, entiende Vidal, que desliza las prisas de sus futbolistas por definir el futuro. Pero el club intenta no pararse y busca una línea con rostros reconocibles. Así, dos de sus grandes totéms, Fran y Valerón, vuelven a su disciplina para situarse en la cúspide de la pirámide del fútbol base. El primero dirigirá la estructura de fútbol base, el segundo entrenará al filial de Tercera División.
Fran González Pérez jugó 700 partidos oficiales en el Deportivo entre 1987 y 2005. No sólo no vistió otra camiseta sino que transitó con el club en el recorrido desde las catacumbas de la Segunda División hasta la élite mundial. Salió a hombros del estadio de Riazor tras jugar su último partido, pero también entre un severo enfrentamiento con el presidente Augusto César Lendoiro. Luego declinó la opción de derivar en entrenador.
El presidente del Deportivo, Fernando Vidal, durante la rueda de prensa de hoy. En vídeo, Vidal asegura que pelearán por mantener la categoría.
Siempre miró hacia la base, fino catador de talento, gustoso y trabajador con un campus veraniego de fútbol que es la niña de sus ojos, atento observador de la progresión de su hijo Nicolás, que con trece años se integró en la cantera del Barcelona y ahora, recién superada la mayoría de edad, alterna con el segundo equipo blaugrana. Fran hizo en la ciudad condal la vida que nunca hizo como futbolista, la de conocer y tratar otros entornos. Y hace tres años atendió un ofrecimiento de Guardiola y Begiristain para afincarse en Manchester y escrutar la academia del City durante dos temporadas. “Lo que vi allí me gustó mucho y, salvando las distancias, puede replicarse. Los medios económicos son muy diferentes, pero nos acomodaremos a la situación”, anuncia.
“El fútbol base es la gran apuesta del club”, anticipa Fran, que llega a un vivero que hace 17 años abrió una ciudad deportiva que hasta ahora le ha proporcionado flacos réditos. El Deportivo llegó a sus mayores glorias con talento importado. Fran era la excepción. “Ahora estoy feliz por volver porque creo que puedo aportar muchas cosas. Tenemos claro lo que queremos para mejorar las condiciones que propicien que los chicos de 17 y 18 años puedan dar el salto al primer equipo”, asegura.
No muy lejos de él estará Juan Carlos Valerón, 422 partidos de bagaje con el club y los que dejó de jugar, laminado como estuvo por lesiones de larga duración. Llegó a A Coruña en el verano de 2000, poco después de que el Deportivo ganase la Liga y él hubiese vivido un traumático descenso con el Atlético. Quizás por eso nada le asusta. “Ya jugué con el Las Palmas en Segunda B”, aclara. A su isla natal se fue a acabar su carrera de corto entre 2013 y 2016. Desde entonces trabajó como segundo entrenador del equipo canario durante poco más de un mes, integrado en una estructura que también le llevó a tener una breve experiencia como auxiliar en el filial y al frente de uno de los equipos infantiles del club amarillo. Nunca ha ejercido como primer entrenador. Ahí le espera el banquillo del Fabril. “Me gusta el proyecto y quería estar presente y aportar mi experiencia”. Formará dupla con su compinche de tantos años, Manuel Pablo, que ya trabaja como segundo técnico en el filial.
El movimiento del Deportivo no es común en su trayectoria de los últimos años. Durante décadas el club vivió de espaldas a la aportación que le podían dar sus veteranos, cuya ruptura se escenificó cuando debieron jugar sus partidos de exhibición o en el campeonato de fútbol indoor con el nombre del club, pero no con su escudo. Con la incorporación de Fran y Valerón, cuatro de los cinco futbolistas que más veces vistieron la camiseta del Deportivo vuelven a estar integrados en su estructura, porque además de Manuel Pablo, hace unos meses se incorporó Donato para realizar labores de representación institucional. El quinto sería Mauro Silva, que hace un año declinó la opción de convertirse en presidente.
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