El detenido por el ataque con arco y flechas de Noruega acuchilló a sus víctimas, según la policía

Varias personas dejan flores este lunes frente al estudio y la casa de la artista Hanne Englund, una de las víctimas de Kongsberg.
Varias personas dejan flores este lunes frente al estudio y la casa de la artista Hanne Englund, una de las víctimas de Kongsberg.Terje Bendiksby (EFE)

La policía noruega ha revelado este lunes que el asesino confeso de cinco personas en Kongsberg, al suroeste de la capital Oslo, usó “un arma punzante” para acabar con la vida de sus víctimas, cuatro mujeres y un hombre de entre 52 y 78 años. Las autoridades habían informado previamente de que el hombre, un ciudadano danés de 37 años llamado Espen Andersen Brathen, había usado otra arma además de un arco y flechas, pero no habían querido desvelar cuál para evitar influir en los testigos, ha señalado hoy el inspector Per Thomas Omholt durante una rueda de prensa.

Con la investigación más avanzada, la policía ha decidido relatar cómo cree que sucedieron los crímenes. Tras hablar con 140 personas –a 60 de ellas se las ha interrogado formalmente- ha podido reconstruir qué pasos dio Brathen tras empezar a disparar el arco dentro de un supermercado del centro del pueblo. Los primeros exámenes muestran que las cinco víctimas fueron acuchilladas durante los algo más de 30 minutos que pasaron entre el primer encuentro del asesino con la policía y su detención.

Pese a que en un primer momento la policía informó de que Brathen se había convertido al islam y de que había sospechas sobre su radicalización, el móvil terrorista ha perdido terreno con el paso de los días. Los problemas psiquiátricos del hombre son ahora la principal hipótesis con la que trabajan los investigadores, que incluso dudan de que realmente se hubiera convertido. El imán de la única mezquita de Kongsberg, Oussama Tlili, ha relatado a los medios noruegos que Brathen le visitó tres veces hace cuatro o cinco años, pero que le pareció que en realidad no sabía nada sobre el islam.

Varios vecinos del agresor han descrito su comportamiento errático durante los últimos años. En 2017, un antiguo compañero de colegio del agresor llegó a alertar a los servicios de inteligencia, el PST, de los problemas psiquiátricos que parecía tener y les envió el enlace a un vídeo de Facebook en el que Brathen lanzaba una confusa “advertencia” y decía ser “musulmán”. El PST evaluó su caso y se puso en contacto con el sistema sanitario. Las autoridades han anunciado que investigarán qué seguimiento se le dio y si se evaluó su peligrosidad. La nueva ministra de Sanidad, que tomó posesión el jueves junto al resto del Gobierno noruego, ha reconocido que quizá el sistema sanitario no funcionó bien y ha anunciado que se estudiará también cómo colaborar con la policía en este tipo de casos.

El PST recibió un primer aviso sobre Brathen ya en 2015, según ha reconocido esta agencia gubernamental. El jefe del departamento antiterrorista, Arne Christian Haugstøyl, aseguró que fue clasificado como una persona vulnerable que podía estar a punto de radicalizarse, pero se consideró que no tenía intención o capacidad de cometer actos violentos. Lo mismo ocurrió en una segunda evaluación en 2018. Entonces los agentes encargados de su caso determinaron que su comportamiento no estaba motivado por la religión o la ideología, sino que padecía una enfermedad mental grave. Le vieron capaz de cometer “ataques de baja escala, con medios simples”, aseguró. Fue entonces cuando derivaron el caso al sistema sanitario.

La policía cree que Brathen escogió al azar a sus víctimas. Entró en varias casas y asesinó dentro a sus habitantes. Lo hizo durante los 34 minutos en los que le persiguieron los agentes, que le habían dado el alto pasadas las seis de la tarde en el supermercado Coop Extra. El agresor disparó en la espalda a un policía fuera de servicio en el establecimiento. Una patrulla fue alertada y disparó al aire para tratar de reducirle, pero Brathen les atacó. No llevaban material de protección y tuvieron que replegarse y pedir refuerzos. En ese momento se escapó. La policía no ha precisado cómo, pero el supermercado tiene una salida por la parte posterior, a través de un aparcamiento. Las autoridades han anunciado que una investigación independiente analizará cómo se produjo la detención y si se cometieron fallos.

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Brathen sigue ingresado en un centro psiquiátrico, al que fue trasladado el jueves por la noche. Está bajo custodia policial y un juez ha decretado cuatro semanas de prisión provisional para él. Varios psiquiatras forenses examinan su estado.

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