Invertir dinero en propiedades es algo muy habitual, especialmente para aquellas personas que por el motivo que sean tienen mucho dinero y quieren invertirlo de diferentes maneras en lugar de tenerlo acumulado en el banco. Te contamos la curiosa historia del propietario de un bar de Londres y una insólita inversión que ha realizado en un pueblo de Galicia… ¡se ha gastado un dineral!
Cuando se invierte en propiedades normalmente se hace en viviendas, por ejemplo, lo que no es habitual es comprarte un pueblo entero, que es la curiosa situación que nos hemos encontrado en este caso.
O Penso, la aldea gallega comprada por el propietario de un bar
Esta curiosa historia se centra en Marcial Raul Doporto, propietario de un bar en Londres y que ha charlado con el programa ‘Equipo de Investigación’ de laSexta para hablar sobre su reciente y sorprendente compra en Galicia: una aldea. Sí, Marcial es ahora el propietario de un aldea en tierras gallegas, la cual estaba en venta.
O Penso es una pequeña aldea gallega que ha estado deshabitada en los últimos 13 años y que Marcial ha comprado por 300.000 euros con el objetivo de darle una nueva vida y lograr que vuelva a estar en «funcionamiento». Según cuenta a ‘Equipo de Investigación’, «El proyecto para mí es que poco a poco vengan personas aquí, a trabajar y a hacer su vida con diferentes cosas, un poco de turismo, un poco de reforma… Hay que hacerlo con calma, ya que ahora me he quedado sin dinero».
Este empresario asegura que de momento vivirá en su aldea gallega únicamente la mitad del año, y los otros seis meses los pasará en Londres, donde tiene su principal negocio y en el que también trabajan su mujer y sus hijas. Allí tienen su trabajo, sus amistades, sus vidas, y por el momento quieren compaginar ambos lugares hasta que O Penso esté ya preparado para albergar «vida» tras más de una década deshabitada.
Ubicada en la provincia de Lugo, O Penso es una pequeña aldea que se encuentra cerca de otras aldeas como O Outeiro y A Adega y que tiene 5 casas y una escuela, la cual se va a convertir en un alojamiento rural en cuanto su nuevo propietario pueda ponerse manos a la obra y realizar la inversión necesaria para dejarlo a punto y empezar a recibir turistas y, quién sabe, quizás también nuevos vecinos.
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