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El ejercicio de supervivencia de Public Enemy


Lo nuevo de Public Enemy no es un disco, es un ejercicio de supervivencia. Más de 30 años después de reventarlo todo con un par de álbumes absolutamente anclados musical y temáticamente en el momento, no solo mantienen aquí la cabeza a flote, sino que lo hacen sirviéndose de una serie de armas que sobre el papel parecen una receta perfecta para ser inmediatamente desterrados al rincón de la eterna irrelevancia.

Los de Chuck D llevan más de una década equivocándose en casi todo, incapaces de aprovechar la coyuntura política y también inoperantes cuando las tendencias musicales insisten en mandarles mensajes para que acudan a la gran fiesta del hip hop del siglo XXI. No se les pide que traigan vino y/o postre, solo que lleguen en hora y participen en la sobremesa. Pero nada. Peleas insustanciales, aventuras musicales paralelas basadas justo en lo que no se debe hacer jamás (mezclar rap y rock está desaconsejado por nueve de cada diez profesionales) e incluso una forma de hacer activismo totalmente trasnochada estaban a punto de convertir a los padres del hip hop político en ese tipo de progenitores con los que empiezas a pensar que lo mejor es no contarles nada de lo que haces, pues no lo van a entender. O peor todavía, te van a dar una lección sobre cómo se hacía esto en los ochenta. Protestáis mal. Y bailáis peor, jóvenes.

Sobre el papel, este What you gonna do when the grid goes down? parece otra propuesta nostálgica acometida por unos señores mayores en el ámbito de un género que tarde o temprano vamos a tener que empezar a admitir que, como el rock, empieza a enseñar fotos antiguas porque aún no ha encontrado la forma de hacer que su iPhone funcione. Colaboran factótums del sonido añejo como George Clinton y coetáneos como Cypress Hill, Nas o Mike D y Ad Rock de Beastie Boys. Hay revisiones de clásicos de la casa, como Fight the power, y temas cuyo título es un juego de palabras a partir de otro corte histórico, como Public Enemy Number won. Todo parece cocinado para una larga y dolorosa sesión de ‘te acuerdas de…’. Pero no. Por razones que podrían escapar a la razón, el disco funciona.

State of the Union (STFU) se vale de la inabarcable sapiencia de DJ Premier y de la estulticia de Donald Trump para convertirse en un clásico instantáneo. GRID es ese éxito que en las oficinas de su sello sabían que necesitaban para hacerlos estrellas en 1989 pero que nadie se atrevía a pedirles. Public Enemy Number won apela a la nostalgia en todas sus formas, pero lo hace con emoción festiva, casi bailando con lágrimas en los ojos. Hay que ser muy insensible para no caer en su trampa. En Go at it hacen lo que hacían y logran extraerle a aquello las últimas gotas de creatividad que quedan tras exprimirlo durante décadas. En Rest in Beats y RIP blackat incluso sugieren que han entendido los discos de Run The Jewels.

Es poco probable que Public Enemy ganen adeptos en edad escolar y cuenta de Tik Tok con esta colección de canciones, pues este es un disco de redención, no de reafirmación. Se agradece sobremanera que hayan volcado tanta energía en no perderse el respeto e incluso les haya quedado algo de fuerza para correr unos metros y pillar ese autobús hacia la relevancia que en tiempos recientes tantas veces han dejado pasar. El pasado es suyo pero el futuro no les guarda casi nada. Eso sí, el presente les ha hecho un sitio para que se acomoden. Podrán decir siempre lo que quieran, pero con la condición de que también escuchen un poco. 2020 no va a durar para siempre.

Public Enemy. What you gonna do when the grid goes down? Def Jam / Universal


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