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El encuentro de un estrecho colaborador de Macron con la sobrina de Marine Le Pen agita la política francesa


“No todos los musulmanes son terroristas, pero todos los terroristas son musulmanes. Hay una diferencia ontológica entre el Islam y el saber vivir occidental. […] ¿Cuántos muertos habrá que llorar aún antes de decidirse a expulsar el islam fuera de Francia? Y yo digo bien: el islam y no solo los islamistas, que simplemente están aplicándolo al campo de batalla para conducirnos a Dar-al-Islam; es decir, al campo de la sumisión”. El islam es la segunda religión de Francia, así que su expulsión supondría echar del país a unas seis millones de personas o forzarlas a renegar de su confesión.

Quien así escribió en 2016, tras el atentado yihadista de Niza, es Santiago Muzio, un abogado franco-argentino que dirige el Instituto Superior de Sociología, Economía y Política (ISSEP), la nueva sucursal en Madrid del centro creado en 2018 en Lyon (Francia) por Marion Maréchal-Le Pen, sobrina de la líder de Reagrupamiento Nacional (RN), el nuevo nombre del Frente Nacional fundado por su abuelo Jean-Marie.

El ISSEP, que abrirá sus puertas tras el verano y ya ha iniciado la inscripción de alumnos, aspira a formar a las élites políticas y económicas españolas del futuro, “la generación encargada de acometer las grandes reformas de nuestra época”, según la carta de presentación de su director.

Sin embargo, la ideología de Muzio no se puede calificar de reformista: pese a su origen argentino, no disimula su animadversión hacia el papa Francisco, y se alinea con el sector más ultramontano de la jerarquía católica, milita en contra del matrimonio gay o del derecho a la muerte digna, incluso en los casos extremos como el de Vincent Lambert, al que se retiró el soporte artificial tras una década en estado vegetativo. En sus comentarios en las redes sociales abundan expresiones como “¡Viva Cristo Rey!” y la exhumación de los restos de Franco la saludó con un “¡Arriba España!”, advirtiendo de que, al “violar” la tumba del dictador, la izquierda estaba “haciendo resucitar el espíritu del Caudillo”. Con mayúscula.

Marion Maréchal, diputada por el Frente Nacional entre 2012 y 2017, se apartó entonces de la primera línea política e incluso dejó de utilizar el apellido Le Pen, pero el ISSEP no oculta su afinidad con el partido de la ultraderecha francesa. Muzio apoyó al candidato de RN en Lyon en las recientes elecciones municipales, y entre los responsables del proyecto figura Thibaut Monnier, cofundador de RN y consejero de la región francesa de Auvernia-Ródano-Alpes.

También Vox se desvincula formalmente del nuevo centro de formación de élites, que se ha instalado precisamente en la antigua sede del partido ultra en la madrileña calle Nicasio Gallego, un local propiedad de una empresa en la que hasta 2018 figuraba como apoderado el vicepresidente de la formación, Víctor González Coello de Portugal.

Los muñidores de la operación para abrir en España una sucursal del centro de Maréchal-Le Pen en Lyon han sido los fontaneros del líder de Vox, Santiago Abascal: su mano derecha, Kiko Méndez-Monasterio, y Gabriel Ariza, hijo del dueño de El Toro TV y socio con el anterior de Tizona (la empresa que organiza los actos de Vox); además de Javier Tebas Llanas, hijo del presidente de La Liga.

En el plantel de profesores de la filial madrileña del ISSEP figuran el propio Méndez-Monasterio y tres personajes de la televisión oficiosa de Vox: su propietario real, Julio Ariza, que figuró en las listas electorales del partido; su presentador estrella, José Javier Esparza, y el abogado Julio Trillo-Figueroa, hermano del exministro de Defensa. También hay figuras como el propio Javier Tebas Medrano, gestor del fútbol profesional, declarado votante de Vox; el expresidente de Sacyr Luis del Rivero, asistente a actos de Abascal; Alejo Vidal-Quadras, primer presidente del partido ultra, ya desvinculado del mismo; o el juez José Yusty, que paralizó la exhumación de los restos de Franco hasta que lo desautorizó el Supremo. Aunque la figura más destacada es el exministro del Interior Jaime Mayor Oreja, dirigente del lobby antiabortista europeo One of Us, al que está vinculado el propio Muzio.

El nuevo centro de Madrid se presenta como autónomo de Lyon, pero estará “bajo la supervisión” de Marion Maréchal, que encabeza el claustro docente. “Estoy convencida de que los países latinos, Italia, España y Francia, especialmente, tienen la clave del futuro de Europa, por eso es muy importante centrarse en la formación de las élites de esos tres países”, asegura la menor del clan Le Pen. Su sueño explícito es crear un grupo de Visegrado del sur, a semejanza del que lideran en el este de Europa los gobiernos ultraconservadores de Hungría y Polonia.

El ISSEP abrirá sus puertas en Madrid con un curso sobre “liderazgo y gobierno” de 320 horas de duración que “aspira a formar nuevos líderes para una nueva realidad”. El coste de la matrícula es de 12.000 euros, pero sus organizadores aseguran que pueden obtenerse becas por hasta el 50%. Aunque el instituto se presenta como un centro “con vocación universitaria” y en algunos medios se ha presentado el curso como “una especie de MBA”, (máster en administración de empresas), se trata de un “título propio” sin homologación oficial ni valor académico alguno. Eso sí, sus promotores subrayan que los alumnos tendrán acceso a una “valiosa red de relaciones personales” con profesores y estudiantes. Para formar parte de la élite del futuro, como la del pasado, no solo importa la formación, también hay que tener amigos bien situados.


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