Práctica, rápido de preparar y de llevar a la mesa: hablamos de la ensalada en bolsa, que muchas veces preferimos comprar a la ensalada que está sin envolver o de hecho a la lechuga que podemos ver en todos los supermercados y fruterías. La comodidad de abrir la nevera y poner unas hojas de ensalada directamente en el plato sin perder demasiado tiempo es una de las principales razones que nos hacen decantarnos por la bolsa de ensalada. Pero, ¿estamos seguros de que estamos sirviendo un plato saludable ? Sí si eliges bien la ensalada o de hecho, evitas el error que a continuación te vamos a explicar.
Ensalada de bolsa: El error a evitar
Según los expertos, comer ensalada de bolsa, que es un producto preenvasado, es generalmente seguro. Los controles en las empresas que las elaboran , de hecho, son estrictos y numerosos para garantizar que se respeten todas las normas de seguridad durante la fase de producción. Desde el punto de vista de la preparación, por tanto, y de la conservación podemos estar tranquilos. Sin embargo, lo que importa también son nuestros hábitos y nuestras elecciones cuando estamos en el supermercado.
De hecho, a la hora de comprar un paquete de ensalada en bolsa, es buena idea revisar el paquete, evitando simplemente poner en el carrito la que veamos primero. Cuando cogemos una bolsa, por tanto, es importante que comprobemos algo esencial: que no esté inflada de aire. La presencia de oxígeno en la bolsa, de hecho, es una señal de que algunas bacterias han proliferado durante el transporte y el almacenamiento.
Por qué evitar una ensalada que está «inflada»
Si estás entonces en el supermercado haciendo la compra y decides comprar una (o varias) bolsa de ensalada para de este modo tenerla a punto para comer o cenar, nunca la cojas si ves que está inflada dado que es posible que lleve mucho tiempo en la nevera del supermercado (comprueba la fecha) o puede que haya sufrido de cambios de temperatura, es decir, que se haya visto sometida a que la gente esté abriendo y cerrando la puerta de la nevera para coger otras ensaladas y productos alrededor.
En concreto, es posible que la temperatura a la que está sometida la bolsa de ensalada es posible que haya superado los 8°C antes de llegar al mostrador provocando que proliferen bacterias que provocan que la bolsa se acabe «inflando» debido a los procesos de fermentación que desarrollan. Además, está el hecho de que abrir y cerrar las puertas de los refrigeradores de los supermercados todo el rato, crea el ambiente ideal para que crezcan los microorganismos.
En cuanto a la mencionada fecha: es mejor elegir un producto lo más fresco posible, por tanto con una caducidad lejana en el tiempo para estar seguro de que la carga bacteriana en su interior es menor.
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