El español que tiene el récord en batir récords


Quizás no se les reconozca lo suficiente: Ana Obregón y Ramón García han hecho mucho por España. En los años noventa presentaron el programa televisivo ¿Qué apostamos?, en el que los concursantes tenían que superar las pruebas más variopintas. Uno de los niños que seguía con devoción aquel espacio era Christian López (Cabañas de la Sagra, Toledo; 1988). “Lo veía siempre y me encantaba”, explica; “incluso mucho después retomé una de aquellas pruebas, que me había dejado pasmado, para batir un récord”. Estuvo 51 minutos dando toques a una pelota con el lateral de una pala de tenis de mesa. Ahora ha entrado en el reciente Libro Guinness de los Récords 2021 (Planeta): es la persona con más récords de España y quiere ser la persona con más récords del mundo. El recordman de los recordmen: el metarecordman.

Christian López, doctor de Ciencias del Deporte (con una tesis sobre el tratamiento de la obesidad), entrenador personal y conferenciante motivacional, hace deporte desde muy joven, compitiendo en atletismo. Las cosas empezaron a cambiar con el fallecimiento de su abuelo Ernesto, que a muy provecta edad le acompañaba en su actividad física: “Siempre me hablaba del coraje, de que hay que echarle coraje a lo que hagas”, explica el deportista. También le diagnosticaron diabetes y sufría frecuentes lesiones en su actividad como corredor. Buscó otras opciones, como la prueba de subir los 924 escalones del Gran Hotel Bali de Benidorm. “Quedé en el puesto 18 de ciento y pico”, recuerda. “No se me daba nada mal”.

Así, se metió en el circuito mundial de towerrunning (eso de subir rascacielos), donde empezó a batir marcas, y en el de retrorunning, que consiste en correr hacia atrás, donde también pulverizaba el cronómetro. Esta disciplina es muy buena para la salud, asegura, siempre y cuando no sufras un descalabro (¡López tiene gafas con espejos retrovisores!). En estos momentos lleva 34 récords acumulados y su sueño es batir los alrededor de 200 vigentes que ostenta la persona que más hitos de este tipo ha conseguido en el planeta, el estadounidense Ashrita Furman.

Tiene vicio. Una de las últimas y, a su juicio, más difíciles hazañas consistió en subir 2.082 escalones haciendo malabares con tres objetos. Entre sus triunfos también está el récord corriendo hacia atrás con aletas de bucear, que batió en la localidad toledana de Torrijos, donde, dice, se montó un buen jolgorio. La pandemia la ha aprovechado para tareas nada convencionales, como mantener todo el peso de una bicicleta de montaña (de 14 kilos) sobre su barbilla durante cerca de 10 minutos. “Todo lo hago por el recuerdo de mi abuelo”, afirma.

Buscar récords que batir, y batirlos, es una actividad llena de creatividad. “Siempre estás pensando qué puedes hacer, buscando nuevos retos y talentos… luego lo consigues o no. Pero así evito quemarme como otros deportistas”, cuenta López; aunque muchas de las extrañas disciplinas que practica no estén reconocidas por la comunidad deportiva ni van a los Juegos Olímpicos. Pero da igual: “Es que es una diversión constante”, afirma. “Me gusta conseguir cosas que en principio eran impensables”, añade. Además, le viene muy bien para mantener a raya a la diabetes. En el horizonte se le plantean nuevos retos, relacionados con correr 100 metros dentro de un saco o una milla con zuecos de madera holandeses, que son bastante aparatosos.

España podría mejorar su autoestima leyendo el Libro Guinness: este año se enumeran 19 hazañas nacionales. Entre los más curiosos récords made in Spain que han pasado a la historia se encuentran la maratón más rápida hecha vestido de payaso, la preparación de 60 bañeras de gazpacho, la confección de la mayor alfombra roja del mundo, el cultivo del bonito más pesado o la venta del queso más caro. Esto también es Marca España.




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